Capítulo 23 La escuela

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Sebastian quedó bastante sorprendido e impresionado al terminar de leer y explicarle la historia por completo, se mantuvo analizándolo por un buen tiempo mientras Henry y yo solo lo observábamos tranquilos esperando algún comentario de su parte.

-Solo tengo dos preguntas -dijo en medio del silencio -¿Ya sabían quién era? -fue la primera.

-Una de las razones por las que vivo aquí es que la familia Edevane vive bastante cerca -respondí.

-Es otra de las razones por las que vine además de proteger a Lizzie.

Respondimos en orden y nos mantuvimos esperando la siguiente pregunta como cuando le dábamos clase a otros jovenes zafiro en el castillo, era novedoso para él así que era comprensible que tuviera la misma reacción que un pequeño.

-Me refiero a que si ya conocían cómo lucía... su apariencia

-En definitivo que no, de hecho imaginaba que era mayor que nosotros.

-A mí me avisaron que tenía nuestra edad, pero no pude reconocerlo hasta escuchar su nombre.

-Bien, a mí me agradó mucho Esteban ¿no es curioso que tenga el mismo nombre de su antepasado?

-En realidad... no tanto -respondió Henry, algo que incluso me sorprendió a mí.

-¿Por qué lo dices? -pregunté.

-Antes de venir le pregunté lo mismo por curiosidad -respondió calmado ante los ojos jade de Sebastian que brillaban tanto debido a querer escuchar la respuesta.

La señorita Keyra solo mencionó que como a cada nuevo miembro que ella había nombrado, eligió ese porque le gustaba.

-Eso es algo decepcionante.

La luz en sus ojos se redujo de inmediato y yo atendí a darle un golpe en el hombro por su comentario.

-¿Qué esperabas entonces? No siempre hay grandes historias tras grandes curiosidades -mencioné mientras me observaba confundido protegiendo su otro hombro y Henry movía la cabeza ocultando una pequeña risa.

Bajamos luego de aquello debido a que era cerca de medianoche y aunque Sebastian no necesitaba dormir demasiado para reponer fuerzas Henry y yo sí y con sinceridad nos sentíamos muy cansados del primer día, les desee buenas noches a mis padres y me fui a dormir.

A la mañana siguiente desperté temprano, a pesar de estar cansada había dormido poco pensando en los Edevane, sin embargo, era lo suficiente para estar despierta el resto del día, mientras nos encontrabamos desayunando con mi padre, Sebastian y mi madre subían luego de un pequeño entrenamiento.

-Parece que necesitas cambiarte señaló papá notando las pequeñas roturas que tenia Sebastian en ambas rodillas. Él se observó, asintió y le preguntó a Henry si le molestaría prestarle algo de ropa.

-Para nada, puedes ir y tomar algo del armario -le dijo antes de continuar desayunando.

Mi padre empezó a realizar cuentas de los días que habian transcurrido desde la llegada de Sebastian, incluyendo la primera vez que lo encontré en en el bosque este era con exactitud el día 61, habian pasado ya dos meses desde entonces, quedó sorprendido y habló con mi madre que estaba en el sofá -Victoria ¿no crees que deberíamos comprarle algo de ropa?

Mamá levantó la mirada respondiendo -Sí, creo que ya es tiempo, ¿estás libre hoy?

Mi padre solo tenía el turno de mañana hoy así que estaba libre el resto del día por lo que iría a buscarnos a la escuela para luego ir a comprarle algo de ropa nueva.

-No es mucha molestia prestarle la mía -habló Henry.

Mi madre respondió que no se preocupara y que además su madre la señora Jane Bilson no la perdonaría si su hijo viniera a prestar ropa, de ese comentario surgieron mis dudas, cierto era que desconocían de la existencia de Sebastian y tener a un jade cerca de dos zafiro no se vería nada bien.

Entonces comprendí la razón oculta de la señorita Keyra para enviar a Henry, era casi imposible que no se hubieran enterado de Sebastian y además de cuidar de una prometida su principal misión era que se cumplieran las reglas, querían ponerlo a prueba para saber si era adecuado mantenerlo cerca de zafiros, al notar claramente que sí, era posible que ella llegara aquí muy pronto.

-Créanme, también estuve en la escuela, si continúan prestándose ropa de esa manera esto puede generar malentendidos -mencionó papa haciendo reir a mi madre.

Nos rociamos el perfume y salimos a la escuela, Sebastian con sus lentes oscuros además de unos nuevos jeans y camiseta de Henry, casi a medio camino volvímos a encontrarnos con Cassie que ahora iba acompañada de Cris y nos saludó con entusiasmo alzando la voz desde el otro lado de la calle.

-Me alegra encontrarlos de nuevo -dijo feliz al acercarse a nuestro lado. Cris se mostraba más tranquilo y nos saludo con un poco más de calma, fuimos caminando juntos hasta la escuela y nos comentó que ayer a Cris se le había hecho tarde lo que hizo que saliera después de ella y por eso la encontramos sola.

-¿Y Esteban llegó bien a casa? -preguntó Sebastian repentinamente, Cassie se sorpendió porque la miraba directamente notándose sonrojada y entonces Cris respondió en su lugar.

-Sí, llegamos bien aunque esperaba que ustedes lo acompañaran hoy. Noelia se mudará pronto y nosotros debemos ir a casa temprano -Henry y yo cruzamos miradas, sabíamos que un Edevane estaría cerca, sin embargo, no podíamos responder tan despreocupadamente.

-Veremos cuando acaben las clases -respondí mientras ingresábamos a la escuela asegurándonos antes que todos los lugares estén libres de Nicolas, ingresamos a nuestros salones primero Cassie y Henry, mientras Sebastian fue con Cris al suyo.

-Buenos días Elizabeth -saludaron Phoebe y Joe que ya se encontraban en sus asientos, sin embargo, Esteban aún no llegaba aunque observando el asiento del fondo en el que me había sentado noté un cuaderno sobre la carpeta.

Les devolví el saludo acercándome despacio a la carpeta cercana a ellas en la que me había sentado primero manteniendo una sonrisa relajada. Phoebe no era la peor persona del mundo, sin duda había enfrentado vampiros más terribles, sin embargo, al igual que cualquier humano al estar muy controlada por sus celos la volvía igual de peligrosa ya que podría ser capaz de hacer cualquier cosa incluso descubrir nuestro secreto.

-Así que ahora tú y Cris son cercanos -habló Joe muy directa antes de que me sentara.

-Sin duda ustedes son más cercanas que yo que apenas lo conocí ayer -respondí con tranquilidad, se notaban disgustadas por no dar la respuesta clara que esperaban cuando en eso llegó el maestro.

-Buenos días -saludamos todos, devolvió el saludo pidiendo que nos sentáramos.

-Señorita Klein ¿verdad? -preguntó observándome y asentí confirmándolo.

Resultaba que "alguien" le había dicho que a partir de hoy sería la nueva guía de Esteban y me pidió que me sentara en el asiento en el que me había sentado ayer, fue amable y muy directo así que seguí sus indicaciones sin refutar y permanecí allí el resto del día observando a Phobe y Joe con una sonrisa bastante inusual.

Juntos Bajo El Mismo CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora