Desconocía a los vampiros que nos ayudaban ya que se mantenían alejados y solo se contactaban con mi madre por lo que no tenía idea cuanto tardarían pero al ver la preocupación que empezó a sentir ella pasados unos días entendí que no era usual su retraso.
Llegaron la mañana de lunes muy temprano, era una pareja de diamantes que me saludaron con respeto mientras se fijaban en mis ojos zafiro e hice de igual forma observando las lentillas marrones que ocultaban sus verdaderos ojos rubí, se quedaron unos minutos hablando con mis padres para luego irse.
Se presentaron con una carta, correctamente redactada y sellada, cuando mi madre la leyó nos informó que los padres de Sebastian continuaban vivos, esa era una noticia gratificante que lo alegró mucho aunque solo por breves momento.
Eran personas adultas cuando él fue transformado y en la actualidad ya eran personas mayores viviendo en un hogar bastante lejos del lugar donde solían vivir, para pasar el tiempo en tranquilidad.
No tuvieron más hijos posiblemente por la pena de perder al primero aunque continuaban juntos algo que es bastante asombroso de observar. Sebastian no derramó lágrimas al leer la carta por él mismo, manteniendo una expresión asombrada y esperanzadora de poder volverlos a ver que en un momento de transformó en preocupación y un poco de ira.
Luego de Sebastian, Henry yo la leímos lado a lado entendiendo el motivo de su reacción, mencionaban la presencia de un desagradable olor rodeándolos, un olor que ya era conocido y del que tratábamos siempre de alejarnos. Era el aroma de un jade y junto a él uno leve de una maga, creyeron que la maga lo estaba persiguiendo pero nosotros conocíamos los verdaderos motivos, la razón de no brindar información antes fueron los continuas destrucciones de sus cartas previas por lo que tuvieron que traer esta personalmente con cuidado de no ser perseguidos.
Asistimos a la escuela en silencio y solo comenzó la charla del nuevo día cuando Cassie y Cris llegaron, fue cuando Sebastian se notó más tranquilo y su apariencia volvió a ser la misma estando alegre aunque no demasiado.
—Buenos días, Esteban —saludé con un poco de emoción al verlo sentado en su asiento.
—Hola Elizabeth —saludó sonriente.
—¿Te sientes mejor?
—Sí, en ocasiones me pasa esto, pero no llega a ser tan grave.
—Entiendo, me alegra que te encuentres mejor porque... estos son todos los apuntes que realicé ya no tendré que llevarlos en mi mochila —pronuncié poniéndome de pie, pasando tres cuadernos por su lado y actuando como si hubieran sido una verdadera molestia por el peso extra, él se inclinó para darme espacio y luego volví a sentarme.
—¡Vaya! que directa.
—Lo heredé de mi madre, también quería preguntarte algo más.
Asintió dándome paso para continuar hablando como algo natural, tenía esa duda hace días y ahora que por fin iba a tener respuesta sentía que una preocupación salía de mí.
—¿Qué debo hacer exactamente como tu guía?
—Así que esa era tu pregunta —susurró, lo alcancé a escuchar así que afirmé esperando que continuara y fuera directo —Bueno, es sencillo, solo debes anotar las clases y mantenerte cerca de mí, usualmente sería todo el día pero es más importante en clase, en los recesos no hay problema si deseas ir con tus amigos.
No significaba mucha molestia hacer eso después de todo podía pasar tiempo junto a los chicos e incluso todos juntos ya que se llevaba bien con Cassie y Cris.
—¿Hay algo más?
—Sí, debes salir conmigo una vez al mes.
—¿Cómo? —pregunté por la inesperado propuesta.
—Aquí todos me respetan, pero no tengo ningún amigo cercano, con Noelia solíamos salir a pasear por distintos lugares de la ciudad una vez a la semana, era divertido.
Sus palabras sonaron tan nostálgicas que negarme me haría sentir mal, suspiré pensando en si era posible, mi madre sin duda se negaría, pero al ser un Edevane un diamante estaría con nosotros a una distancia razonable por lo que no habría problema.
—Está bien, entonces creo que ahora oficialmente puedo ser tu guía.
—De acuerdo —respondió él posicionando su mano hacia atrás para estrecharla.
Pasé el día realizando las anotaciones de las clases y en los recesos salía con los chicos a la cafetería para conversar sobre nuestro día. Sebastian se notaba perdido en sus pensamientos y no decía demasiado por lo que no lo forzamos haciendo señas a los mellizos de que les explicaríamos luego.
Pasaron los días hasta que la preocupación de Cassie no pudo más.
—Elizabeth ¿sucede algo malo con Francis?
Escuchar su nombre alternativo ya era una costumbre y no me confundí como al principio.
—Se siente un poco preocupado por sus padres, no estarán cerca de él por un tiempo así que está decaído por ello —respondí con calma intentando reducir su preocupación.
—Ya veo, lo he notado algo triste y él suele ser muy animado, ustedes tampoco se ven muy bien, por favor díganme si puedo ayudar en algo, lo que sea —finalizó mostrando una sonrisa alentadora que me hizo sentir mejor.
Henry y yo habíamos evitado hablar sobre el tema por bastante tiempo, hoy había luna nueva así que era la noche apropiada.
Subimos primero esperándolo con paciencia, pero luego de un par de minutos no apareció, bajamos encontrándolo sentado en el sillón observando las fotografías nuevamente.
—Sebastian —lo llamé haciendo que volteara ocultando las fotografías por reflejo.
—Estuvimos esperándote.
—Hoy preferiría quedarme aquí si no les molesta —respondió con notable tristeza.
Me quedé de pie sin saber que decir hasta que Henry intervino.
—Me molesta —respondió con fuerza.
Sebastian volteó sorprendido por sus palabras.
—Vamos, no puedes quedarte sentado allí solo, sintiéndote triste por tus padres y sin hacer nada —aunque parecían palabras duras comprendía lo que quería decir y continué.
—Nicolas busca asustarnos y demostrar que tiene el control de tu vida, no podemos permitirle hacer eso, confía en que lograremos proteger a tus padres y no te desanimes con tanta facilidad, ahora tienes un propósito mucho más importante y no puedes rendirte.
—No dejemos que nos afecte, Sebastian, después de todo nos tenemos el uno otro ¿cierto? O acaso piensas que olvidé tu incómoda promesa.
Pareció estar más motivado y eso nos alegró, dejó las fotografías y sus ojos volvieron al brillo usual.
—Jamás me atemorizaría de ese jade —habló con firmeza al ponerse de pie —¿Quieres ver? — bromeó levantando los puños, a lo que Henry sonrió con sarcasmo.
—Parece en serio, bueno, veamos si haz mejorado, me contaron que Lizzie te hizo besar el suelo dos veces —sonrió comenzando la lucha amistosa.
Sebastian estuvo un poco distante este capitulo, pero Henry y Lizzie lograron animarlo😊
Una pregunta ¿quien creen que es más fuerte? ¿Henry o Sebastian?
Esperen por el siguiente capítulo que habrá sorpresas 🤗
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Juntos Bajo El Mismo Cielo
VampireEl mundo vampiro se ha vuelto un lugar terrible debido a la insistencia de los jade, una de las nuevas clases, de eliminar a los poco numerozos zafiro. En medio de esta batalla una zafiro quien esperaba ansiosa llegar a la edad para conocer a los hu...