Capitulo XI

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Alois ingreso a su casa contento, por fin lo había hecho con Sebastián, aunque no fue como lo imagino, creía que sería más apasionado; pero, fue muy aburrido, aun así, sentía que ahora él era suyo.

Camino por la casa, buscando a su amado Astre, para tener unas cuantas rondas de sexo apasionado, pero al no encontrarlo, decidió ir con sus padres para preguntarles.

- Papá, mamá, ¿Dónde está Astre? - Ambos se miraron, no sabían cómo decirle a su hijo lo que había pasado - ¿Sucedió algo? - pregunto asustado, su madre decidió que sería ella quien lo dijera, esperaba que su hijo no hiciera una locura.

- Cariño... Astre se fue - el rubio no creía lo que decía su madre, él sabía que el azulino no tenía a donde ir.

- Mamá deja de bromear - le decía, esperando que fuera solo una cruel broma y Astre saldría en cualquier momento, diciendo que nunca lo dejaría.

- No hijo, no miento, él se fue y dijo que no lo buscarás - al escucharla Alois empezó a preocuparse, sabiendo que el azulino nunca se iría de esa manera tan sorpresiva.

- ¿Porque se fue? - lágrimas caían de sus ojos, al sentirse abandonado; por lo que su padre decidió interrumpir, sabiendo que la verdad, sería difícil para su hijo, pero debía hacerlo, para que lograra crecer y afrontara sus errores por sí mismo.

- Se enteró Alois, se enteró del compromiso, de adónde ibas, de todo, estaba muy enojado - las lágrimas del rubio caían con desesperación, no pensó que perdería a su azulino de esa manera.

- ¿Cómo se enteró? - la furia no se hizo esperar, el rubio temblaba de la ira, al pensar que perdió a su Astre tan sorpresivamente, cuando aún no sabía, si su relación con Sebastián iba a estar estable; después de todo, Sebastián había cambiado su actitud, desde que Ciel apareció en su vida.

- El salió y nosotros estábamos conversando de tu compromiso, no pensamos que había regresado, hasta que el abrió la puerta y nos dijo que no quería volver a verte en su vida - Alois dirigió su furia a sus padres de inmediato, al saber que su relación había terminado por su culpa.

- Como pudieron hacerlo, sabían que lo amaba, son unos desgracia - no pudo terminar, su madre le había dado una fuerte cachetada.

- Deja de ser tan descarado, no puedo creer que haya criado a un hijo como tú, que juega con los sentimientos de las personas, me arrepiento de haber acolitado tus acciones todos estos años, ahora retírate, desde hoy no puedes pedirnos nada de dinero, por los próximos 6 meses. -

Al ver como su madre lo había tratado, busco ayuda en su padre, quien lo ignoro completamente, así que se fue a su habitación a llorar por su amor perdido, él sabía que en el caso de que se enterarán, iba a acabarse su relación, pero aun así esperaba que faltará mucho más tiempo para que eso sucediera.

Al otro día, amanecía en la mansión Michaelis, Astre decidió ir a buscar a su hermano en la habitación de este, pero no estaba, parecía que no había pasado la noche ahí, furioso fue hacia la del joven amo tocando la puerta, espero que le permitieran la entrada, al no escuchar nada decidió ingresar.

Lo primero que logro ver, fue a su hermano completamente desnudo, siendo abrazado por el azabache posesivamente, decidió acercarse a despertarlo, pero la mano de Sebastián lo agarró antes de que lo tocará.

- ¿Qué haces aquí? - lo miraba furioso, por intentar tocar a Ciel, que aún se encontraba dormido en los brazos del azabache.

- Joven amo, debo despertar al joven Ciel, para iniciar con los deberes - decía con un tono de molestia, que lo encubrir con una sonrisa hipócrita.

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