Capitulo IV

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Ciel se acercó a Sebastián, tomado su corbata en su mano, lo dirigió a la cama donde lo arrojó sin cuidado, para subirse encima de él.

- Joven amo - ronroneo en su oreja, antes de morderla, sacando un gemido al mayor - Soy Ciel - dijo mientras empezaba a dejar pequeños besos y lamidas lentamente, en el cuello y parte de la cara, excitando al azabache.

- d..d.dete..te ah - salían suspiros y pequeños gemidos de su boca, estaba sorprendido, no entendía que pasaba, solo sentía como aquel hermoso chico, porque se había dado cuenta que era un joven, lo tocaba de esa manera tan sugerente.

- Joven amo, ¿le desagrada lo que hago? - decía agarrando las manos del azabache, para pasarlas alrededor de su cuerpo lentamente, permitiendo que disfrutara de su tacto.

- ¿Qui..quien e.eres? - volvió a preguntar el azabache al azulino, mientras con la mirada, recorría el cuerpo del menor.

- Soy tu regalo de cumpleaños.. puedes hacer conmigo lo que desees, soy tuyo- decía el azulino en un ronroneó, dejando que el azabache recorriera con sus manos su cuerpo y permitiendo, observar su rostro con mayor claridad, dejando al azabache hipnotizado con sus ojos bicolor.

- Ciel - susurro lleno de deseo, para empezar a quitarle el kimono al pequeño azulino y apreciar su cuerpo, que aún estaba sobre el, quitándole la camisa.

- Sebastián, deja que te de placer - al decir eso el azabache gimió, al sentir como el azulino tocaba su entrepierna por encima del pantalón, sobandola despacio, para terminar de despertar el miembro.

- ah.ah. Ciel... Más ra..rápido ahh - el azabache ya no pensaba en nada, solo en aquel joven de belleza incomparable, sobre el.

Ciel decidió bajar la cremallera del pantalón, para empezar a sacar el miembro del azabache y así acariciarlo con sus manos, mientras el mayor gruñía de excitación.

- ¿Quieres que use mi boca? joven amo - la voz del azulino salía con un tono seductor, mientras acariciaba lentamente el miembro del azabache de arriba a abajo, en un leve vaivén.

- s.s.si haz..hazlo, con tu b.boca, Ahh - gemía al sentir como su miembro era lamido por la lengua del azulino, de manera lenta, desde abajo hasta la punta, donde se detenía para besarle y hacer círculos con su lengua -mas... mas, ra.ra.rapido Ciel - el azulino obedeció al joven amo y de una mordida atrapo el miembro, para chuparlo rápidamente, sintiendo como se hacia grande en su boca, al ser la primera vez del menor, este se esforzaba por aparentar ser experimentado, sin saber que era la primera vez también de sebastian.

Después de un buen rato chupando y lamiendo, ciel sintió como el mayor se contraía, anunciando que en cualquier momento se vendría, pero el sabia que no terminaría ahí, por lo que con su mano decidió irse preparando, mientras el mayor lo veía con deseo, así que se detuvo antes de que el azabache terminara y se subió en sus piernas.

- Quieres prepararme, Sebastian - pregunto con una sonrisa, cargada de lujuria, mientras el azabache se relamía los labios, para agarrar al menor y arrojarlo a la cama, subiéndose sobre el.

- Ahora dirijo yo - finalizo besando por primera vez los labios del azulino, los cuales tenían un ligero sabor a chocolate que le gustaba; desde hace rato estaba incitado a hacerlo, pero no había logrado acercarse lo suficiente; el menor, le permitió tomar el control, dejándose llevar en un beso tierno, donde sus labios se posaban suavemente, haciendo presión entre los dos; al pasar el tiempo, aquel contacto no era suficiente para ellos; por lo que, se fue convirtiendo en uno mas húmedo, cuando el mayor saco su lengua y lamió suavemente los labios del azulino, pidiendo su permiso para explorar su boca, siendo aceptado de inmediato, fundiéndose en un fuerte abrazo; y así, sus lenguas danzaban, la saliva se combinaba, sentían como el aire se escapaba de sus pulmones y su temperatura corporal iba en aumento, por lo que después de un tiempo se separaron lentamente sin deshacer el abrazo por completo, dejando que solo un hilo de saliva los uniera, junto a una expresión impregnada en deseo.

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