EL PROMETIDO DE MI HERMANA (con Siwon)

Capitulo 72

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Estaba echa un ovillo en el sofá llorando, una vez más me sentí estúpida, patética y sobre todo ridícula, con mis manos limpie bruscamente mis lágrimas y me obligue a tomar aire ¿hasta cuándo iba a seguir siendo débil y frágil? Pero... ¿Cómo dejar de ser aquello si siempre huyo de mis problemas dándole la espalda? Al final de todo siempre he sido eso, cuando algo me asustaba terminaba alejándome y huyendo, creyendo que así aquel dolor  se apaciguaría ¡qué gran error! definitivamente había algo que tenía que hacer y por supuesto que lo haría.

No huiré más de mis problemas, de mis miedos, de los temores que me hacen más frágil y pequeña, por primera vez iba a enfrentarlos. Donghae no quiere verme, pues ¡no me importa! Yo si quiero verlo, quiero que me mire a la cara y me diga la verdad de todo, incluyendo porque Tania estaba con él.

De todo lo que ha pasado últimamente en mi vida he descubierto una cosa, al creer que huía de los que me hacía daño, solo conseguí escapar de la verdad, comprendí esto cuando hable con Siwon. Creí y pensé tantas cosas de él y ahora comprendo que estaba errada, muy errada; si habría sido una persona fuerte y decidida entonces lo habría comprendido mas, me habría puesto en su lugar y no lo habría juzgado como lo hice, me siento culpable por aquello, pero el tiempo pasó y el pasado no se puede cambiar. No me arrepiento de haber estado con Donghae, es más lo quiero y por eso necesito hablar con él. Por todo lo que vivimos creo que nos merecemos una charla, creo que una parte de mi necesita gritarle y golpearlo por haber estado con Tania, más allá de lo que haya pasado entre ellos. Necesito una explicación, la necesito...

Tome mi maleta y dentro de ella eche todas mis cosas, tome dinero y salí de casa echando llave. Baje las escaleras y en cuanto vi al portero le tendí mi juego de llaves.

— Son mis llaves, puede dárselas al propietario—por supuesto el pobre hombre no comprendió nada, solo se quedó mirando cómo abandonaba el edificio junto a mi maleta. Quizás esta sería la última vez que estaría aquí... ¿Qué estoy diciendo? todavía no sé lo que Donghae me dirá y ya estoy sacando conclusiones, pero él estaba con ella ¿Qué más pudo haber pasado? Estaban por desayunar juntos, es decir se entendía que habían pasado la noche juntos exactamente eso fue lo que parecía. Si aquello llegó a suceder, no tengo dudas de lo que haré... mandare al demonio a Lee Donghae.

— ¡Dios!—rasque mi cabeza mirando la pantalla que anunciaba los próximos vuelos—no entiendo nada... todo esta en italiano.

Avance arrastrando mi valija hasta una de las ventanillas que estaba desocupada.

— Buen día... usted... ¿habla coreano?—ella asintió—

— Adelante ¿en qué puedo ayudarla?

— ¿Cuál es el próximo vuelo a Corea? Necesito viajar urgente.

— El próximo vuelo sale...—chequeo en su ordenador por unos instantes—dentro de dos horas.

— Perfecto lo quiero.

Tenía todo listo, mi equipaje, mi boleto de avión, solo faltaba estar dentro del bendito avión e ir en busca del idiota de Donghae. Por el momento será un idiota, hasta que no se demuestre lo contrario.

Estaba a punto de tomar asiento y esperar que esas dos horas pasaran y por fin estar dentro del avión, pero incómodamente mi estómago rugió, lógico; no había comido nada desde anoche, mi estómago estaba reclamando por comida. Unos metros más allá divisé una tienda de comida rápida. Camine hasta allí y pedí un café con leche junto a un pretzel, eso era más que suficiente. Tome mi pedido para buscar un sitio donde sentarme a comer pero no contaba con que un imbécil pasara a mi lado, rozó su brazo con mi café y este cayó al piso, al igual que mi pretzel para ser pisado por él.