Cap. 18 Despedidas imprevistas

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< Maya >

¿Sabéis esa sensación tan rara que os da cuando os reencontrais con alguien después de un montón de meses y parece que el tiempo no ha pasado para vosotros?

Bien, pues me apostaba un brazo a que esa era la sensación que estábamos teniendo todos ahora mismo.

Teníamos en frente a Castiel. El chico malo del instituto. El mismo que nos metió en mil movidas en nuestras salidas nocturnas. El hombre que admitió en una de sus borracheras que jamás sería capaz de utilizar un arma contra alguien. Y viendo la pedazo de escopeta que poseía, algo me decía que sus pensamientos había cambiado en estos últimos meses.

Una raíz negra sobresalía de su cuero cabelludo y le seguía su característico tinte rojo, solo que esta vez que no era un color tan vivo, sino más bien desgastado. Era lo que tenía un apocalipsis zombie, que no todas las peluquerías están abiertas para ti. Su piel se había vuelto más pálida y bajo sus ojos asomaban dos grandes manchas negras. Tenía una cicatriz en la ceja y un tatuaje que jamás le había visto.

Un tatuaje tribal en el cuello, al igual que el chico rubio al que acababa de disparar Armin.

¿Tendrían buena relación? No lo sé. La indiferencia que sintió Castiel al ver el cuerpo inerte caer al suelo me dijo que no, pero conociendo a este chico, nunca sabes qué puede estar pasando por esa cabeza.

-¿A qué vienen esas caras? -preguntó de golpe en un tono divertido-. Cualquiera diría que acabais de ver a un fantasma. Aunque quizá lo sea ya que seguro que me habíais dado por muerto, cabrones.

No respondimos, continuabamos con la boca abierta observandole, sin tener narices a dar un paso hacia él.

Pero al final, alguien lo hizo.

-Castiel -pronunció Lysandro con la voz entrecortada. Casi había olvidado la relación tan estrecha que tenían estos dos.

Castiel le miró y su característica sonrisa burlona desapareció de inmediato. Contempló a su mejor amigo unos largos segundos y acto seguido se lanzó contra la valla de metal.

-¡No me jodas...! -esclamó el pelirrojo, y después Lys corrió hacia él.

Pero nunca llegó. Un disparo se escuchó en el cielo y cuando dimos media vuelta vimos al Coronel apuntándoles con su arma.

-Como os movais un solo centímetros más os vuelo la cabeza a los dos -adviertió el hombre, sin dejar de apuntar a sus cabezas. Aunque el cañón estaba centrado casi únicamente en Castiel-. Sé quien eres, chaval. Y no tengo ni idea de como se te ha ocurrido venir aquí, pero ya no vas a salir de esta.

Nos miramos entre nosotros, pero todos teníamos la misma cara de no entender una mierda. Al menos hasta que Kentin dio un paso al frente y se dirigió hacia su padre.

-Papá, dejale -pidió, pero su voz salió débil y casi inaudible.

Su padre le miró con desprecio, como si se avergonzase de él.

-¿Qué has dicho? ¿Acaso acabas de decirme que deje vivir al tío que hizo que te sacase del colegio? ¿El tío que provocó que casi te desangrases?

Mierda.

Kentin mordió su labio inferior y echó un vistazo a Castiel. Él le observaba callado y bien recto, parecía que no le intimida para nada la situación.

-Papá eso no fue así. Aquel día yo...

-¡Cállate! -le ordenó, y tuvo las narices de apuntarle con el arma.

¡A Kentin! ¡A su propio hijo!

Kentin levantó sus temblorosas manos y nos lanzó breves miradas en busca de ayuda, pero nadie supo qué decir ni hacer.

Survival plan [Fanfic CDM] [Armin x Sucrette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora