capítulo 13

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Confusión.

—¿Zeldris....tiene algo que ver?— preguntaste.
— eso es algo que no he investigado, tal vez solamente conoce a la persona y él no tiene idea — respondió.
—¿que te hace decir eso?— preguntó Elizabeth — tal vez solamente hablaron una vez o algo así.
— eso es algo que necesito investigar — respondió Escanor — puede que sea un malentendido o....
— o lo involucraron sin tener idea de lo que realmente hacían — comentaste.
— Exactamente — respondió Escanor — investigare lo más que pueda sobre el caso, pero no detengas la boda en caso de que me equivoque.

Escanor salió del despacho, dejándolas solas para poder hablar.

— no creerás que Zeldris.... — comenzó a decir.
— esperó que no — respondiste decaída — mi alma se rompería más de lo que ya esta.

Salieron del despacho, y regresaron a la fiesta, claramente tenían que fingir estar felices, aunque tenías en la cabeza lo que te había contado Escanor.

Era claro que Zeldris no había dado la orden de matar a tu familia, después de todo era un niño.
Sin embargo había una posibilidad de que durante los últimos años se halla encontrado con esa persona y hallan colaborado para tener la compañía de tu padre en sus manos.

Esa idea no era descabellada, todo dependía de la perspectiva en que vieras las cosas y había una probabilidad de que pueda ser así.

Pero también estaba la que decía que puede ser un simple malentendido y que realmente no tiene ni idea de conoce a la persona que tanto buscas.

— Helena — te llamó Zeldris —¿estas bien? Te veo algo pálida — comentó al ver tu rostro.
— Sí, estoy bien — respondiste — solo estoy algo cansada, es todo.

Zeldris no pareció muy convencido pero no insistió.

Después de dar un brindis por ti y Zeldris, agradecieron a los invitados por su presencia, la fiesta se dio por terminada.

Los invitados regresaron a sus casas y el jardín quedo hecho un desastre, pero el la mañana seria limpiado completamente, solo recogieron vasos, los platos y los manteles de las mesas, en la mañana quitarían las mesas y limpiarían el jardín.

Entraste a tu habitación, te quitaste el maquillaje y el vestido, recogiste tu cabello y te colocaste la pijama, te adentraste  en la cama y esperaste a que el sueño te venciera, a los pocos minutos entro Zeldris a tu habitación.

Se quitó el traje, mostrando su detallado y trabajado cuerpo, pese a que ya lo habías visto antes y sabias que te podía ocultar algo, no pudiste evitar morderte el labio inferior al ver su cuerpo.

Se puso el pantalón de su pijama, y lo detuviste antes de que se pusiera la camisa.

— no te la pongas — dijiste — duerme así esta noche.
— muy bien — respondió.

Dejo la camisa sobre una silla y se acostó a tu lado, rodeo tu cintura con un brazo y te abrazó acercandote más a él.
No podías quedarte con la duda, pero tenias que ser cuidadosa con lo que dirías.

— Zeldris — lo llamaste.
— Dime — respondió acariciando tu cabello.
—¿porque te enamoraste de mi?— preguntaste.

Se sorprendió por tu pregunta, pero al ver que hablabas enserio decidió responder.

— por tu personalidad y tu carácter, me gusta que seas optimista y positiva sin perderte de la realidad — respondió tranquilo — tu energía y actitud.
—¿nada más?— volviste a preguntar.
— también me gustas físicamente, con ese cuerpo me tientas bastante — respondió empezando a besar tu cuello.
—¿sabes? Mi madre me había dicho una vez que cuando te casas no debe de haber ningún secreto entre tu y tu pareja — comentaste — porque cuando salen a la luz es más difícil de perdonar.
—¿crees que te oculto algo?— preguntó mirándote a los ojos.
— desde mi punto de vista se que no lo haces — respondiste — pero me gustaría estar segura, por más tonto que sea ese secreto.
— esta bien, entiendo — comentó — pensare en lo que puede ser considerado un secreto y te lo diré.
— Gracias.

Escondiste el rostro en su cuello y te acurrucaste en su pecho, él te abrazo y se quedaron dormidos al poco tiempo.

A la mañana continuaste con la rutina de siempre y ahora estabas en la empresa revisando unos papeles.

Finalmente habías terminado de resolver los problemas que había ocasionado Liz y ya podías respirar tranquila.

Excepto por el tema de Zeldris, no habías hablado sobre la sospecha que se tenia sobre él y en la mañana había preguntado sobre lo que te había dicho Escanor, pero solo respondiste que tenía un posible sospechoso, pero que aun no había que asegurar nada.

El resto del día evadias el tema cada vez que te preguntaba, por lo que dejo de preguntar.

Un escandalo fuera de tu oficina llamo tu atención y al salir encontraste a un oficial de policía afuera de la oficina de tu prometido.

Algunas personas estaban observando que podría pasar, le pediste a los empleados que no dijeran nada y que regresaran a sus lugares de trabajo.

Cuando los oficiales se fueron entraste a su oficina.

— Zeldris, ¿qué pasó?— preguntaste preocupada.
— no es nada — respondió, pero había algo en su tono de voz que te angustiaba.
—¿y porque había policías en tu oficina?— preguntaste.
— en verdad, no es nada Helena — volvió a decir.
—¿recuerdas de lo que hablamos a noche? Seria bueno que lo habláramos ahora — comentaste un poco molesta.

Zeldris resopló, se estaba molestando por tu insistencia, no quería hablar del tema.

— me pidieron que valla a testificar — respondió — es todo.
—¿no te dijeron para que?— preguntaste más tranquila.
— No, solamente me citaron — respondió.

Era obvio que mentía y lo sabias porque no te había mirado a los ojos ni una sola vez.
Zeldris no era muy bueno mintiendo, siempre fingía que estaba ocupado para evitar mirar a los ojos a la persona que le miente, lo conocías demasiado bien.

Estabas decepcionada y bastante.
No dijiste nada más le diste la espalda y caminaste hacia la puerta ignorando completamente que te llamaba, pero para ti sonaba como si estuviera a la distancia.

Saliste de su oficina y entraste a la tuya, pidiéndole a Derriere que no dejara entrar a nadie, no querías verlo por el momento.

Estuviste en tu oficina hasta entrada la noche y cuando saliste solamente estaba el guardia de seguridad.

Caminaste hasta tu auto y lo encendiste, pero no sabias a donde ir, si ibas a casa ahí estaría Zeldris y no querías verlo.

Saliste del estacionamiento y entraste a la carretera sin dirección fija, solo querías mantenerte alejada de todo el mundo por el momento.

El parque nacional fue tu mejor opción, a tales horas de la noche solamente estarías las parejas en sus autos, por lo que seria una buena opción para que no te molestaran.

Estacionaste tu auto algo alejado de los otros automóviles por obvias razones y empezaste a disfrutar la vista que te brindaba el paisaje.

No pasaron ni cinco minutos cuando alguien entro en tu auto con la cara cubierta y un arma en mano.

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Hola, espero les guste el capítulo, voten y comenten eso me motiva a seguir escribiendo.

Los invito a leer mis otras historias y a seguir mi perfil.

En el libro de one-shot habrá retos, pongan la pareja que quieren y cuatro palabras, con eso crearé el capítulo.
Dejen sus ideas en los comentarios de la ultima actualización del one-shot para que se tome en cuenta.

Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.

dos estrellas y una luna (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora