Entre la espada y la pared.
— no estoy muy segura...— respondiste decaída — pero creo que lo mejor seria decirle.
— me parece bien — comentó tu tío — es mejor que lo sepa y así te evitas tener problemas con ella por culpa de ese sujetó.Asentiste. Dejaste la copa bacía sobre la mesa de centro, les encendiste de nuevo el televisor y te dirigiste a tu habitación, sacaste tu teléfono y marcaste el numero de Elizabeth, quien respondió a los pocos segundos.
— hola loba — respondió.
— perdona si te desperté — dijiste.
— para nada, apenas me iré a dormir, ¿que pasó? — preguntó curiosa.
— sobre el ramo de flores...— alargaste.
—¿que hay con él?
— te mentí sobre él — respondiste.
—¿y porque?— preguntó extrañada.
— primero que nada quiero que estés muy tranquila, ¿ok?
—¿ok?¿que pasó?
— las flores eran para ti, pero no te dije porque no sabia si seria buena idea, sobretodo el saber quien te las mando.
— ya entiendo...¿quien las mandó?
— no te pongas histérica... Te las mando...Mael.
— ....— no respondió.
—¿Diosa?— preguntaste preocupada.
— mañana me cuentas todo con más detalle cuando valla a tu empresa...gracias por decirme — respondió finalmente.
— de nada, pero...¿vas a estar bien?
— antes no lo estaría...pero ahora que tengo a Meliodas conmigo...lo que él haga ya no me importa.
— me parece bien, hasta mañana.Colgaste la llamada y suspiraste tranquila, realmente te habías preocupado un poco.
Te cambiaste de ropa poniéndote la pijama, consistía en una camisa de tirantes blanca y unos shorts cortos de color azul, recogiste tu cabello en una trenza y te quitaste el maquillaje.
Mientras preparabas la cama un brazo rodeo tu cintura y el otro paso por tu pecho, haciendo que tu espalda tocara el torso de la persona.
Zeldris tenia su rostro en tu cuello haciendo que su respiración te ocasionará un cosquilleo y por alguna razón un ligero placer. Soltaste un suspiro.
—¿tan grande fueron tus celos al verme con las flores?— preguntaste.
— algo — respondió y empezó a dar pequeños besos por tu cuello —¿te molestaría si paso la noche contigo?
— solo si no vas a sentir celos de la almohada — respondiste burlona.Zeldris te levantó de forma nupcial y literalmente te aventó a la cama, después se puso sobre ti, sin dejar todo el peso de su cuerpo sobre el tuyo.
Soltaste una pequeña risa y él te observaba divertido.— lo tendré que pensar — comentó mientras se acercaba a tu rostro y te besó.
Fue un beso dulce que poco a poco se fue convirtiendo en uno más apasionado, su mano se entrelazó con la tuya y las puso por arriba de tu cabeza, la otra por su parte fue bajando por tu cuerpo hasta llegar a tu rodilla, la cual doblo y coloco a la altura de su cintura.
La puerta se abrió de golpe, empujaste a Zeldris quitando su cuerpo de arriba tuyo y tirándolo de la cama.
—¡¿que demonios quieres?!— preguntó molesto por la interrupción.
— perdón por interrumpir — se disculpó Meliodas de forma picara — pero padre dice que mejor esperen a que la casa este sola o vallan a otro lado ya que no quiere escuchar que tan “bueno” es su hijo — comentó.
— muy bien, tenemos que hablar severamente los tres con ese hombre sobre la intimidad — respondiste molesta.
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dos estrellas y una luna (Zeldris x ti)
De Todotras la muerte de tus padres, en un intento de descubrir al asesino, tu vida da un giro inesperado por un joven de cabello negro cual carbón. espero les guste esta historia. derecho de los personajes a su respectivo autor. No se permite copias ni ad...