capítulo 11

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Retenida.

Eran aproximadamente las dos de la madrugada, por lo tanto estarías cómodamente acostada en tu cama, en los brazos de tu prometido y teniendo cierta actividad ya que la casa estaría sola, o así te gustaría que fuera, porque Zeldris y tu estaban en dirección a la delegación por el arresto de alguien conocido.

Para ser más precisos: Elizabeth.

Meliodas le había marcado a su hermano menor, comentando que habían arrestado a Beth por golpear a Mael.
Y como ella no quería que su padre o sus hermanas se enteraran opto por llamarte a ti, pero como tenias tu teléfono apagado, la segunda opción fue Zeldris.

Al estacionar el auto frente a la delegación bajaron del auto y vieron que el rubio los estaba esperando en la entrada.
Te acercaste a él de forma intimidante.

— la dejo en tus manos, ¿y esto es lo que pasa?— le preguntaste.
— todo lo que pasó fue culpa de Mael — se defendió — adentro te explico con más detalle.

Entraron al pequeño edificio, después de que firmaras algunos papeles, un policía fue a sacar a Elizabeth de su celda, se sentaron en una banca a esperar por la albina, y mientras tanto Meliodas les contó lo que había pasado.

Flash Back
Después de que Mael dijera que había sido él quien puso la demanda contra Meliodas, Elizabeth no estaba para nada contenta y después de tomarla de los hombros ya había acabado con su paciencia.

A un lado de la entrada, a espaldas de Beth había un escritorio de una recepcionista, la albina poso su mano en aquel escritorio y lo primero que tomó, que, para mala suerte del albino, fue una taza conmemorativa que decía con letras grandes “feliz cumpleaños” la cual no dudo en estrellar contra su cabeza, dejándolo inconsciente en el suelo, cuando una oficial le dijo que se la llevaría por agresividad ella no puso resistencia y dejo que la llevaran a dar su testimonio y posiblemente a una celda mientras esperaba a ser procesada.

Tanto Meliodas como los dos oficiales que habían estado con ellos se sorprendieron por lo ocurrido.
Se llevaron a Mael al hospital para que fuera atendido y Meliodas dio su testimonio en ambos casos, diciendo que Mael llevaba algunos días acosando a Elizabeth, que la demanda que le había impuesto fue un intento de extorsionar la para que regresara con él y el que la tocara sin su consentimiento había “asustado” a la chica, ocasionando aquel reflejo de defensa.

Como el testimonio de Meliodas y de Elizabeth contaban la misma historia la demanda de Meliodas fue retirada y a ambos se les retiraron los cargos, por lo que Meliodas salió libre, pero en el caso de Elizabeth, al haber cumplido los dieciocho años poco tiempo atrás, alguien tenia que firmar por ella y tenia que ser algún familiar.

Presente.
Zeldris no paraba reír al imaginarse lo ocurrido.

— no puedo creer lo que dices — comentó entre risas — pienso que sera Mael quien necesite un guarda espaldas.
— Zeldris, esto es serio — le reprochaste — No voy a negar que Mael se lo buscó, a pesar de que la conocía desde niños, por lo visto no sabe como tratar la.
— en efecto, ¿creen que Mael ponga una denuncia en su contra?— preguntó Meliodas preocupado.
— no lo creo, porque les dijiste que la ha estado molestando desde hace algunos días y que lo golpeo por defensa — respondiste — no creo que lo tomen enserio si lo hace.

Después de algunos minutos llegó Elizabeth, y los cuatro salieron del lugar en diferentes direcciones, Meliodas llevaría a Elizabeth a su casa, mientras tu y Zeldris irían a la suya.
Solo esperaban que la prensa no se enterara de nada.

                         *****
Al día siguiente las cosas pasaron como si nada, nadie se había enterado del incidente anterior y eso los alivio bastante, ahora tenias un problema más cerio:
La mudanza.

Habías planeado que, cuando salieras del internado te irías a vivir con Diane, Elein y Elizabeth, pero debido al compromiso con Zeldris ya no podrías hacerlo, o no vivirias con ellas mucho tiempo, por lo que decidiste pensar en una solución.

Estabas observando los planos del terreno donde se construían los condominios, el cual estaban cerca de terminar, la decisión no seria solo tuya, sino también de tus amigas, quienes acababan de llegar a tu oficina.

— hola Helena, ¿como has estado?— preguntó la castaña.
— bien gracias ¿y ustedes?— respondiste.
— bien — dijeron al unísono.
—¿donde esta Beth?— preguntó la rubia.
— seguramente con Meliodas.

Las tres se rieron y empezaron a pensar en una forma de molestarla al momento en que entrará.

La albina no demoro mucho en entrar a tu oficina y se le veía bastante contenta.

—¿te dieron tu dosis del día?— preguntó Diane cantarina.
—¡¡Diane!!— gritó roja de vergüenza.

Después de hacer desesperar a la albina por un rato, empezaron a hablar sobre el tema importante.

— bueno...— comenzaste a decir llamando su atención — con respecto a la idea de mudarnos todas juntas...
— Helena, entendemos — comentó Elein — te casarás dentro de poco tiempo, no te preocupes.
— Elein tiene razón, sabíamos que las cosas podrían cambiar en el tiempo que esperábamos — dijo Diane.
— muchas gracias chicas — respondiste alegré.
—¿donde vivirán después de la boda?— preguntó Elein.
— de eso también quería comentarles, el edificio que esta cerca de terminar son condominios, por lo que tenia pensado ir a vivir ahí — respondiste — podríamos ser vecinas.
— me gusta la idea — comentó Elizabeth —¿pero si llegan a tener hijos?— preguntó.
— eso ya lo veremos después — respondiste — estoy segura de que querrá tener más de uno, pero viviremos ahí hasta entonces.
— pues no se diga más, ya esta decidido — dijo Elein.

Después de unas horas de platica Diane y Elein se fueron.

—¿sabes?— llamaste la atención de Beth — mi futuro suegro quiere hacer una fiesta para hacer publico mi compromiso con Zeldris.
—¿que tienes en mente?— te preguntó.
— que ya seria buen momento que esas dos tengan pareja, ¿no crees?— respondiste.
— si, pero eso no nos corresponde — comentó.
— lo se, pero darles un empujón no estaría mal tampoco.

Ella negó con la cabeza, ya sabia que tenias algo en mente.

Cuando Elizabeth salió del edificio, volvió a encontrarse con Mael, quien tenia un parche a un lado de la frente, al ver a la albina no dudo en acercarse.

— nunca te cansaras, ¿verdad?— preguntó irritada.
— me niego a aceptar que ya no me amas — respondió.
— ¿quieres que sea honesta?— preguntó molesta y al verlo asentir continuó — si te ame, te ame con toda mi alma y mi ser, pero dime: ¿que hiciste? Te aprovechas te de mí y me dejaste después de divertirte.
— lo que ese te hace es casi lo mismo — reprochó.
— no es lo mismo, ¿y sabes porque? Porque él si me ama, porque Meliodas me a dado todo lo que perdí contigo, me esta dando lo que tu jamás me diste y por eso lo elijo a él.

Paso por su lado y se dirigió a la banqueta a tomar un taxi, pero antes de subir volteo a verlo.

— solo te advierto una cosa, has le algo a Meliodas y no responderé a lo que pase.

Subió al taxi y se fue, dejando al hombre dolido.

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Hola, espero les guste el capitulo, voten y comenten, no olviden seguir mi perfil para leer mis otras historias.

Tengo pensado hacer una historia nueva que use el horario del martes, pero no se de que pueda tratar.

Si quieren darme ideas sobre una historia nueva (obviamente de Zeldris x lectora) dejen lo en los comentarios.

Hasta el próximo capitulo.

Sayonara.

dos estrellas y una luna (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora