LOS NOMBRES DEL DESEO

CAP 12. VERDADES ENTRE MENTIRAS

Como lo tenía planeado Kanye sacó de la habitación a Akane y la llevó de paseo para deslumbrarla con todas las comodidades que solo él le podía dar.

La llevó a un baño público para que la chica pudiera asearse y le compró un elegante vestido negro.

La chica estaba lista para una visita a uno de tantos casinos a los que acostumbraba visitar aquel hombre.

— Mira este es uno de los lugares más exclusivos de todo Japón —decía Kanye llevando a la joven del brazo mostrándola como si se tratara de un trofeo.

—No se ve muy impresionante —contestó Akane sin interés.

Sin embargo tenía que mostrarse más atenta si quería conseguir su objetivo

— perdón no estoy acostumbrada a este tipo de lugares yo no tengo dinero para apostar —sonrió forzada

—Sé que eres una niña inexperta en muchas cosas y precisamente todo este mundo te lo quiero obsequiar —dijo Kanye señalando todo el casino.

— ¿Y para dármelo se lo quitaras a tu esposa? —preguntó la joven

— ¿Cómo sabes de mi esposa? —respondió confundido.

—me he enterado ¿por qué no me dijiste que te casaste con Dai? —añadió la peliazul.

— Bueno yo... —tartamudeo Kanye.

— No te asustes, no me enojó siempre y cuando tenga más libertades que ella y me prefieras a mí, solo así te obedeceré en todo lo que me pidas —agregó la joven.

— ¿Estás hablando en serio? —un pequeño brillo apareció en la mirada del tipo.

— Más vale que entiendas que yo siempre hablo enserio —expresó ella.

— ¡Claro! siempre y cuando bebas conmigo... — sonrió señalando el bar.

— Está bien —respondió ella tratando de escucharse convencida.

No quería beber aún recordaba la resaca de la semana pasada, pero tuvo que aceptar.

Akane no podía evitar la tristeza que sentía al verse sola en esa situación rodeada de gente extraña en un ambiente ambiguo la tentación de escapar estaba latente, pero de algo estaba segura y era que independientemente de lo que hiciera Ryu ella encontraría la verdad detrás de aquel robo confiaba en hacer un desastre y aprovechando la confusión del momento poder escapar aunque fuera sola.

Mientras servían el licor en los vasos de cristal la cabeza de ella se consumía en miles de pensamientos.

—Cuántas cosas están pasando y que te tengo que contar esperó que tu estés en una situación mejor que yo, Ryoga a veces pienso que todo esto es un sueño y que al despertar estarás con una taza de café preparando el desayuno, pero no lo es vivo esta realidad en la que yo misma me metí, me tranquiliza saber que tú nunca caerías con este tipo de gente, tú no eres de peleas clandestinas — pensaba mientras pasaba el primer trago de alcohol.

EN SAITOSAKI

— ¿Estás seguro que anda por aquí?__ Preguntó Kenichi.

—Te digo que si la información que nos dieron decía que llegó hace más o menos una semana y que se encontraba por estos alrededores. — Contestó Osamu— lo han visto con una chica seguramente su novia.

— ¿Crees que podamos convencerlo? —cuestionó Kenichi curioso.

— Veremos qué pasa al jefe le interesa mucho ha seguido su trayectoria desde que lo vio pelear hace seis meses —respondió Osamu con una foto del chico Hibiki.