En la casa había bulla. Se escuchaban risas y música alegre, las voces de hombres adultos y unos niños llegaban a los oidos del pequeño erizo. Quería partisipar, quería jugar con aquellos pequeños, pero no podía, lo tenían amarrado a un pilar de madera que había en la habitación, solo por "precaución" de sus padres. Ellos eran los organizadores, no tenían que ser la burla y el desprecio de los demas.
La posición era incomoda, con unas cadenas en sus pequeños brasos y aquella picazón insoportable en la zona de las heridas por parte de su padre, se movía lentamente para no causar un ruido y estar mas comodo pero le era imposible. Desepcionado, solo bajó su cabeza a esperar que sus padres llegaran y le quitaran todo eso de ensima.
La perilla de la puerta se movía, y él con la esperanza en sus ojos esperaba que el vestido de su madre se isiera notoria y le quitara las cadenas. Pero solo se encontró con un pequeño niño que al verlo a ambos se les entró la curiosidad en sus jóvenes mentes.
-Hola. ¿Qué haces ahí? La fiesta está afuera. Puedes jugar conmigo si quieres, tengo muchos juguetes que he traido. Mira justo aquí tengo un muñeco, ¿te gusta?.
El pequeño erizo que se suponía que era de color azul, solo asintió con la cabeza mirando al pequeño muñeco. Era la primera vez que hablaba con alguien de su edad y la primera que veía un juguete así de serca.
Aquel niño que le hablaba se asercó un poco y le mostró mas de serca el juguete, el pequeño le sonrió y dejó el muñeco serca de él.
-¿quieres quedartelo? Te lo regalo. Tengo muchos en mi casa, pero veo que aquí no tienes juguetes asi que te doy el mio.
Un pequeño sonrojo apareció en la piél pálida de Sonic, nunca antes le habían tratado así. Se sentía...feliz.
Unos pasos se asercaban, sonaban apuradas y entró una mujer vestida elegantemente. Al ver que su hijo estaba con Sonic y muy serca, empezó a gritar desesperadamente armando un escándalo arrastrando a su hijo hacia ella alejandolo del pequeño "mounstro".
Los dueños de la casa llegaron corriendo y miraron con furia al niño inoscente. Sacaron a la madre y al pequeño del lugar, y serraron la habitación con llave. Un escándalo se escuchaba ahora en la casa. Poco a poco las voces iban desapareciendo, hasta que solo se escuchaban las de los padres de Sonic y de la señora, madre del pequeño que solo le mostró un acto de caridad al pequeño marginado.
Terminada la bulla en la casa, se escucharon las fuertes pisadas del padre dirigiendose a la habitación. De un solo golpe abrió la puerta asustando al pequeño al ver que tenía el látigo en la mano. Solo cerró los ojos y trataba de no gritar ante el gran ardor que sentía en su cuerpo.
Aún lo dejarían encadenado, y lo dejaron ahí, sollozando levemente, preguntandose que había hecho mal, si él solo obedeció. Con esfuerzo logró sacar al pequeño peluche de su escondite para observarlo mejor, era un pequeño conejo de color crema con el hosico de color blanco. Tendría que esconderlo muy bien, si no quería que sus padres se lo quitaran, ya que ese fué el primer y único muñeco que tenía, lo cuidaría con su vida. Y tampoco se olvidaría de aquel niño que le mostró el sentimiento de compasión y amor.
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Shadonic: Dolor eterno
FanfictionSonic nunca supo lo que era realmente el amor, su vida estaba llena de sufrimientos, aunque por un momento fué feliz...todo se desvanece. Ese era su destino. Esta historia será corta.