Parte 7

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El invierno llegó y las montañas junto con el bosque se cubrieron de blanco. El vivir en ese lugar y observar de lejos a los cazadores como sobrevivían, supo como encender el fuego, cazar animales pequeños y como su carne ya no le hacía daño al estómago cuando lo ponía al fuego. Cinco años aproximadamente habían pasado desde que vivía en ese lugar, sus ojos podían llegar a ver a grandes diatancias. A pesar de que aún estaba delgado, corría a grandes velocidades para atrapar a su presa.

Su naturaleza como mitad lobo le ayudaba en esas sircunstancias, pero también odiaba serlo. Muchos ya lo habían visto y casi no salía vivo por los disparos. Realmente deseaba rendirse, pero el miedo le invadía y escapaba.

No todo el tiempo estaba en ese lugar, aveces solía ir a la ciudad cubierto de su manta tapandolo por completo. Nadie sospechaba ya que era realmente insoportable el frio.

Caminando por unas de las calles, se encontraba un edificio demaciado enorme, con un enorme jardín y varios jóvenes yendo y viniendo de ese lugar. Era una universidad y sabía que los jóvenes de esa edad eran los mas rudos. Asi que empesó a caminar sin tratar de llamar la atención.

-¡Oigan miren! Un mendigo.

-Jajaja. ¿Y si lo molestamos?

-Oye pordiosero, no queremos que nos infectes aquí con tus pulgas.

-...

-¿Qué pasa? ¿Por qué no respondes?

Sintió un jalón a su manta y con sus fuersas trató de que no se lo quitaran, pero ellos eran mas fuertes y de un solo empujón cayó al suelo junto con su manta y su pequeño peluche.

-Oh por...es uno de ellos.

-Que asco.

Sintió un miedo inmenso, miraba a todos lados observando como los demas lo veían. Asco, desagrado y repudio vió en los ojos de los demas, quería levantarse pero el miedo se lo impedía.

-¡Largo no te queremos aquí!

-¡Vete mounstro!

-¡Alejate adefesio! 

Golpes y piedras le lansaban al pobre, estaba en cuclillas para que solo le dieran en la espalda y pudiera recistir mas.

-¡Dame eso! 

Sin un segundo para actuar uno de ellos le arrebató a su pequeño peluche, lo miró detenidamente y con una sonrisa mas que malvada le dijo...

-Tu no mereces este peluche.

Todo se volvió lento, miraba que le hacía a ese pequeño amigo que le hiso compañía cuando estaba solo y tenía consuelo, el único que parecía brindarle cariño...era rasgado completamente haciendo que el algodón de su interior volara por el viento. La mirada de ese muchacho era fria y endemoniada cuando destrosaba mas al muñeco.

Miró lo que quedaba de él, partes de aquí y allá se alejaban. Y el pobre Sonic, recogía por pequeñas partes el cuerpo de su pequeño mientras gruesas lágrimas resbalaban de sus hermosos ojos. Los demas lo miraban con burla y uno le dió una patada que hiso que un hueso de su cuerpo se quebrara y se escuchara claramente. Eso le hiso gritar estruendosamente que logró que alguien mas lo escuchara.

-¡¿Oigan que está pasando aquí?!

Observó como el cuerpo del azulado se retorcía del dolor y gemía del llanto. Sabía muy bién quienes lo habían provocado, sus ojos me mostraron furiosos y golpeó al que estaba mas serca,el que le dió esa patada. Todos asustados, porque ya lo conocían, corrieron antes de salir heridos. Miró al cuerpo que lloraba y con cuidado se asercó a él y empezó a llamarle la atención tocando una parte de su frondoso y abundante pelaje. Ambos ojos se miraron y despues de tanto tiempo volvieron a tener un sentimiento que creían no volver a sentir.

Amor.


Shadonic: Dolor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora