Parte 5

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Comer mucho no había sido una muy buena idea, ademas que la comida estaba fria eso lo había empeorado un poco. No estaba acostumbrado a comer demasiado, pero lo había disfrutado mucho. Y mas disfrutó su libertad al haber dormido afuera, aunque había estado un poco nublado y tenía un poco de frio, era mil veces mejor que estar enserrado.

Pero quería descubrir mas, así que salió por la puerta que daba a la calle y miró cada casa mientras avansaba, estaba realmente anonadado y alegre.

-¡AHHHHHH! ¡Es uno de ellos! ¡Alejate!

-¡Largate mounstro!

Miraba como las personas le miraban con terror y odio, unos hombres le lansaron piedras grandes que había en el camino, dándole uno en la cabeza desmayandolo.

Despertó en un lugar desconosido y vió un letrero, pero si él supiera leer se hubiera dado cuenta que estaba en la fosa común. Las personas lo habían dado por muerto y lo tiraron ahí.

No podía ver bién, su vista estaba nublada, ademas que era de noche y estaba lloviendo. Dificilmente se levantó y empesó a caminar cojeando ya que tenía una pierna lastimada, quería salir de ahí y volver a su casa con su manta y su pequeño peluche. Le costó demasiado, muchas veces se caía por el lodo y se ensuciaba facilmente pero lo logró. Cuando salió, no vió ninguna luz y ninguna casa, estaba fuera de la ciudad. Pero las luces que se veían a lo lejos le indicaba donde tenía que ir asi que se dirigió a ese lugar.

Pasó dias caminando, tratando de ubicar su vecindario, tenía hambre y estaba debil. Miró algunas casas y las reconoció, caminó un poco mas rapido y llegó...a lo que ya no era su casa. Un camión metía unas cosas dentro de ella y una pareja estaba vigilando, eran los nuevos dueños. No quería llamar mas la atención, así que esperó hasta la noche. Ya llegada, empesó a caminar para estar enfrente de la puerta y con timidés la tocó. Unos segundos despues, una señora le abrió y el niño asustado miró como levantaba la mano para darle un golpe y esta llegara a su cabeza, justo en la zona donde le habían tirado la piedra. Sus lagrimas empezaron a salir, la mujer le gritaba que se fuera, pero al ver que no obedecía intentó darle otro golpe, pero la voz del niño la contuvo.

-Por...por fabor...solo vine a preguntar...si...me podrían...dar...mi conejito...y mi manta. Juro...que...no volveré...por fabor.

El pequeño niño tenía la cabeza baja en muestra de sumisión y respeto. La mujer solo bufó y se adentró en la casa, cuando salió le tiró la manta y el pequeño conejo. Al verlos se avalansó sobre ellos y abrasó con fuerza a su pequeño conejo llorando.

-Perdon...no te volveré a dejar...perdon.

-Ya. ¡Ahora largo de aquí!

El pequeño se levantó rapido y se fué corriendo antes de que la señora lo patee. Ahora él tendrá que sobrevivir, escondiendose de la civilisación, ya que comprendió que él jamas llegará a ser aceptado entre ellos, pero la pregunta es ¿por qué?.

Shadonic: Dolor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora