Parte 10

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La comida, el baño y ademas la larga curación de sus heridas lo dejaron totalmente agotado llegando a dormirse completamente. El erizo azabache le dió ternura el comportamiento del cobalto, al igual que asombro. El tan solo conocerlo hace unas cuantas horas se dió cuenta que él no le guardaba ningún rencor hacia los que se hacían llamar "gente normal" aunque ellos le hayan hecho sufrir.

Con cuidado lo arropó y se quedó viendo por un largo tiempo su rostro apasible y como inconscientemente se acurrucaba en la cama y las suaves sábanas que lo cubrían. Realmente ya no podía mas, si seguía así sentiría que su corazón iría a explotar con tan solo verlo, asi que se asercó y besó lentamente cada parte del rostro hasta llegar a sus labios y sentír la tibieza de estas. Jamas dejó que alguien mas lo besara, ya que su primer beso tendría que ser para aquel niño que se robó su corazón. Ahora se lo estaba dando.

Con cuidado se recostó al lado de él y con cuidado lo abrasó para no despertarlo.

[...]

Los dias pasaron rápido, ya se asercaba una fecha importante para todos. La navidad. Aunque él jamás lo había festejado, sabía que eran fechas importantes.

La casa donde estaba viviendo con el azabache se estaba volviendo mas colorida. Los adornos y las luces parecían sacados de un sueño debido a que estas brillaban todo el dia. Aunque se había ofresido a ayudar con la decoración, era un poco torpe y se enredó con la girnalda cayendo al suelo ya que sus piernas estaban atrapadas y no pudo contener el equilibrio.

-¡Sonic! ¿Estas bién?

-Si. Solo me caí, jejeje.

Aquella pequeña sonrisa y el sonrojo de sus pómulos por la verguenza, Shadow se asercó para darle un piquito en los labios haciendo que se sonrojara mas y buscara el calor su cuerpo restregando su cabeza en aquella pelusa que tanto le gustaba. Ellos ya habían confesado sus sentimientos y eran mas que felices.

Con cuidado le quitó la girnalda y cargó a Sonic a la habitación de ambos, ya que este estaba con sueño.

-Descansa mi amor. Buenas noches.

-Buenas noches.

Le dió un beso en la frente y en los labios y se retiró observando como el pequeño apretujaba su almohada y se acurrucaba en las sábanas. Siempre era así cuando no estaban durmiendo juntos al mismo tiempo. Pero eso casi nunca sucedía.

Aunque ahora tenía que arreglar las cosas que estaban tiradas y por fin ir a dormir. Al terminar, estaba tomando un poco de agua hasta que sonó su celular.

-¿Si?...¿justo ahora?...pero mañana se puede solucionar...de acuerdo...nos vemos mañana...si...adios.

Suspiró pesadamente. Aunque ya se asercaran las fechas navideñas justo le llamaban de su trabajo. Tendrá que aplazar sus planes, ya que quería darle añgo especial a su pequeño. Rendido subió las escaleras, se cambió de ropa y se acostó al lado del azulado para por fin ir al mundo de los sueños donde no hay problemas.

[...]

-¿En serio tienes que salir?

- Si. Pero no te preocupes, volveré en unas cuantas horas.

-Ok*triste*.

-Vamos, sonrie para mi.

-*Sonriendo*

-Te amo, mi Sonic.*besandolo*

-*separandose*yo también te amo*volviendolo a besar*.

A pesar que ya sabían que se volverían a ver, ese beso duró un largo rato, poco a poco este se volvió un poco mas pasional moviendo sus labios a un ritmo lento lo que le daba un toque mas que romántico. El azabache empezó a recostar el cuerpo de su pequeño en la cama mientras se seguían besando y su cuello fué rodeado por los brazos del menor.

Era un momento bastante amoroso y romántico. Poco a poco la ropa fué desapareciendo, los besos pasaron al cuerpo del erizo-lobo. Las cuerdas bocales solo sabían en ese momento pronunciar el nombre del otro, unos pequeños gemidos y suspiros. El calor disipó el frio del invierno. El cuerpo de ambos sentían nuevas sensaciones que ambos realmente sabían aceptarlos al sentirse bién. Ambos demostraron todo el amor que tenían y jamás se arrepenterían al hacerlo.

[...]

-Te amo.

Lo dejó dormido observando que en el rostro del otro había una pequeña sonrisa. Talvez llegue cuando despierte.

Tomó sus cosas y se fué al garage para sacar su auto, sabía que llegaría tarde, pero no se arrepentía de lo que ambos hicieron. No veía la hora para volver a sentir la calidez de su cuerpo.



Shadonic: Dolor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora