Capítulo 8

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-¿Diferente? - Dije mientras me incorporaba en la cama de lo que, al parecer, era un hospital.

-Sí es que...- Carlos comenzó a hablar, intentando explicarme lo que había pasado, por qué estaba allí,  no entendía nada, solamente me quedé dormida en el coche, pero el enfermero se le adelantó, un hombre alto, con el pelo negro en el cuál se distinguían a la perfección unas cuantas canas.

-Sí, diferente. Cuando ibais en el coche, al parecer, se os cruzó un ciervo y el caballero tuvo que frenar rápidamente. Tuvisteis un pequeño impacto con el reposacabezas, nada grave. Pero tú te desmayaste,  bueno, más bien no despertaste. Llevas aquí dos dias, ahora analizaremos la sangre que te hemos sacado, os dejo a solas- Asiento con la cabeza sin entender mucho lo ocurrido.

Entonces era diferente. Quizás era un rasgo por el cual nunca he encajado. Siempre decimos que hay personas que no son iguales, yo creo que todos somos iguales, solo que cada uno vemos a quién queremos con otros ojos, es elección nuestra a quién queremos ver diferente, pero esto era más serio, ¿de verdad soy tan distinta?

-Gracias por despertarte, no aguantaba más la comida- Al pronunciar la última palabra hizo una especie de comillas con los dedos, lo que me hizo soltar una pequeña risa junto con un suspiro- del hospital. Sinceramente, repugnante.

-¿Te has quedado estos dos días?- Me miró con cara de pena, no debía tener muy buen aspecto.

-Día y noche, en efecto- Me guiñó un ojo lo cuál me hizo sonrojarme.

-Gracias...- Se me llenaron los ojos de una fina y brillante capa de lagrimas que me los humedeció pero, por una vez, eran lágrimas de felicidad. Nunca había sentido esa sensación y he de decir que es fantástica, es como el último trozo de tarta, de esas tartas que te comes hasta con los ojos, perfecto.

-¡Pero no llores!-Dijo entre risas- Sabía que era feo pero no sabía que hacía daño a la vista- Mentía, no era feo, nada nada feo.

Al segundo Jenny y Liam entraron en la sala, no sabía cómo se enteraron, pero Liam puso una cara que nunca había visto.

-¿Pero tú estás mal de la cabeza chaval?- Se dirigía a Carlos con el puño en el aire, cerrado y apretando los nudillos.

-Liam ¡PARA! - Empezaron a pelearse la habitación, ¿por qué se habia puesto así? Ese no era Liam...

Todo se basó en puñetazos y golpes fuertes en puntos clave. Jenny agarró a Liam y le gritaba que parará, que Carlos no tenía la culpa, pero no le hizo caso y la apartó.

Me metí entre ellos cuando el puño de ambos iba hacia la cara del contrario, caí al suelo justo en el momento en que varios enfermeros entraban a la habitación por el estruendo. Me sangraban la nariz y el labio y empecé a ver negro cada segundo, como si encendieran y apagarán la luz rápidamente.

-Alexa, Alexa, dios no me jodas.¿A que cojones ha venido eso?- Le dijo Carlos a Liam con lágrimas en los ojos, no pensaba que Carlos tendría ese lado sensible.

Liam se quedó mirándome, con odio y pena, una mezcla extraña. No entendía nada.

Liam había estado conmigo casi desde que naci, era como el hermano que nunca tuve. Nos contábamos todo, y hacíamos todo juntos, casi vivíamos juntos, intercambiando de casa. Quizá era por eso, hacía mucho que no nos veíamos, y no le conté nada de esto, realmente no sé por qué no se lo conté, empecé a sentir remordimientos, su rencor me invadía el cuerpo y al final lo vi todo negro, oí unas voces de fondo gritandose junto con un portazo. Liam se había ido, se había ido... ni《hola》 ni 《adiós》. ¿Qué había hecho...?

Chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora