One shots ⇝ Harry Potter ✔

Draco Malfoy

Agustina y Draco tenían una relación bastante complicada. Los dos se querían mucho, el problema era que ella era lo que se le denominaba como "sangre sucia".

Draco no lo supo al principio, sino hasta después de que comenzaran a salir. No lo tomó muy bien al principio, pero de verdad le gustaba la chica y la quería demasiado que no le importó en lo absoluto.

Agustina era una ravenclaw, y Draco la conoció gracias a que compartían la clase de astronomía.

Poco a poco se fueron dando las cosas y cundo menos lo esperaron, estaban enamorados el uno del otro.

Draco y Agustina se encontraban en la orilla del lago negro, acostados sobre el pasto mirando el cielo.

-Quiero que conozcas a mis padres-. dijo Draco de la nada.

Agustina casi se ahoga con su saliva.

-Draco... no creo que esa sea una buena idea.

-Tranquila. Ya llevamos casi dos años juntos y quiero que mis padres te conozcan.

La cara de Agustina reflejaba preocupación, pero amaba tanto a Draco que no dudaba de él.

-Bien... conoceré a tus padres-. dijo resignada Agustina. Sabía que sería imposible hacer cambiar de opinión a Draco.

Los días pasaron hasta que el temido día llegó.

Agustina optó por ponerse un vestido azul marino, ajustado de arriba y suelto de la falda. Dejó su cabello suelto y prefirió no ponerse maquillaje.

Se miró por última vez en el espejo, se moría de los nervios, pero ya no había marcha atrás.

Draco llegaría en cualquier momento, eran las vacaciones de verano. El platinado haría acto de presencia en cualquier momento por medio de polvos flu.

Salió de su habitación y se dirigió a la sala donde se paró frente a la chimenea.

Su madre estaba en la cocina y su padre estaría seguramente en el estudio trabajando.

No pasaron más de dos minutos cuando el menor de los Malfoy hizo acto de presencia.

Sonrió ampliamente al ver a su chica, tan hermosa como siempre.

La madre de Agustina saludó al chico y continuó en lo suyo.

-¿Lista?- preguntó Draco. La chica soltó un largo suspiro.

-La verdad es que no-. Ambos rieron.

-Todo estará bien.

Draco tomó a Agustina de las manos.

Viajaron por medio de polvos flu a la mansión Malfoy.

Era lo más elegante que había visto Agustina jamás.

El momento más temido llegó. El momento de conocer a los padres de Draco.

El estómago de Agustina se contrajo y le costaba respirar. Draco tomó con fuerza la mano de su novia y la guió por los extensos pasillos hasta la sala de estar.

Donde Narcisa Malfoy leía un libro sentada en el sillón y Lucius Malfoy escribía unas cartas detrás de su escritorio.

Draco tocó la puerta un par de veces antes de entrar, la pareja mayor se miró por un momento. Sabían que era Draco con su "novia".

-Adelante- dijo Lucius con una voz muy intimidante.

Draco abrió la puerta sin soltar la mano de su novia, entraron juntos.

Agustina quedó congelada al instante, toda la mañana estuvo practicando lo que le diría a sus suegros, pero se quedó completamente muda.

-Madre, padre- comenzó Draco- ella es Agustina, mi novia.

Enfatizó las últimas dos palabras.

-Mucho gusto- dijo apenas con aliento la chica.

Los mayores permanecieron en silencio, escaneado a la chica. A Narcisa le pareció agradable y bonita la chica, pero Lucius se contuvo a lanzar uno de los hechizos imperdonables.

A Lucius le pareció un bastante linda la chica, pero no aceptaba y no iba a aceptar jamás que su hijo estuviera con una sangre sucia.

No dijo nada y continuó con la redacción de su carta. Narcisa se puso de pie y se acercó a la pareja.

-Mucho gusto, querida. Draco no deja de hablar de ti- sonrió.

Agustina sonrió un poco.

-Estaremos en mi habitación- dijo Draco, satisfecho de que sus padres no respondieran de una manera negativa.

-Bien, pero quiero que dejen la puerta abierta.

Agustina se sonrojo violentamente y Draco soltó una risa.

-Sí, mamá.

La pareja se retiró.

Lucius miró a su esposa quien miraba a su hijo con una sonrisa.

-Mas vale que tengan cuidado, no todos van a aceptar esa relación.

Narcisa se volvió a sentar y tomó su libro.

-Lo sé, hablaré con Draco después.

Agustina y Draco llegaron a la habitación de este último y comenzaron a reír.

Después de todo, no resultó tan malo el encuentro.