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─Mierda...─ El joven de 14 años con cabello rubio murmuró cuando el profesor le entregó el examen que habían hecho hace una semana ya calificado.

Roger M. Taylor.
Fecha: Viernes, Noviembre 5, 1963.
Calificación: 2.5.

Sí. Confirmaba su muerte. Su madre lo mataría.

La campana de la escuela sonó y por primera vez en su vida, Roger no tenía ganas de ir a casa. No quería enseñarle a su mamá el examen, menos cuando había prometido que subiría sus calificaciones.

─¿Cómo te fue?─ su amigo John, quien estaba sentado en la banca de al lado, le preguntó a Roger mientras guardaba su cuaderno de física en su mochila.

Roger sólo negó con la cabeza sin mirar al otro chico, quien era un poco más joven que Roger, mientras hacía lo mismo que él, metiendo sus cosas en su mochila. John pareció entender que el chico rubio no quería hablar del tema así que no habló más y permaneció en silencio como siempre.

Caminaron juntos sin hablar mucho hasta que llegaron a casa de Roger.

─Te veo el lunes.─ John dijo con una media sonrisa.

─Sí...─ Roger se burló. ─Si es que sigo con vida.

John soltó una pequeña risa para después despedirse moviendo su mano.

Roger vio a John caminar hasta que su amigo no era más que un pequeño punto en el horizonte. De verdad no quería entrar a su casa.

El chico rubio soltó un suspiro tembloroso antes de finalmente comenzar a caminar hacia adentro.

Bueno, aquí vamos.

Entró a su casa lo más callado que pudo con la intención de que su mamá no lo escuchara.

─¡Roggie! ¿Eres tú?─ Escuchó una voz femenina proveniente del segundo piso.

Roger se mordió el labio inferior y caminó unos pasos hacia la escalera para que su mamá pudiera oírlo.

─Sí, ma.

Había logrado mantener su voz sin temblar a pesar de que sus nervios incrementaban por segundo.

─Bueno, entonces sube, cariño.

Roger no tuvo más remedio que obedecer a su madre. Lo único que esperaba era que su mamá no se acordara que hoy entregaban los resultados de la prue-

─¡Oh! Y trae la cosa esa de Ciencias.

Demonios.

Estaba muerto y lo sabía. Podía aguantar un regaño, mierda, ¡podía incluso aguantar una bofetada! Pero la parte que iba a odiar ver iba a ser los ojos decepcionados de su madre cuando viera que había reprobado, de nuevo.

Roger subió las escaleras lentamente, lo más lento que podía. Pudo escuchar desde que subía las escaleras como su madre pasaba la hoja de un libro y dicho y hecho, encontró a Winifred Taylor sentada en su cama leyendo. El chico se quedó parado en el marco de la puerta hasta que su madre le dijo que se sentara a su lado.

Sin decir una palabra, Roger le dio el examen a su madre el cual estaba doblado a la mitad. Lo único que pudo hacer el chico rubio fue ver a sus pies mientras oía que la mujer sentada a su lado desdoblaba el papel. No quería ver su cara cuando viera su calificación.

Sólo escuchó un suspiro proveniente de la señora Taylor antes de que ella se levantara de la cama aún con el examen en su mano.

─Espera aquí, cariño.─ Se oía que estaba molesta pero aún intentaba no hablarle de mala manera a su hijo.

Tutor 《Maylor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora