s e v e n.

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Brian salió de su casa 20 minutos antes de las 2, eso fue lo que le tomó la semana pasada llegar a casa de los Taylor. Debía tomar un camión y luego caminar un tramo para llegar a su destino.

Winifred lo dejó entrar y de paso le presentó a la hermana de Roger, Clare, quien se estaba colgando de la pierna de su madre y estaba jalando de la blusa que la señora traía puesta para que le pusiera atención. La señora Taylor le indicó a Brian que Roger estaba en su habitación y que podía subir mientras ella atendía a su insistente hija.

Brian obedeció lo indicado y se apresuró a subir las escaleras. Al encontrarse con la puerta cerrada del cuarto de Roger, tocó dos veces para anunciar que iba a entrar antes de abrirla.

─¿Rog?

Brian se adentró en la habitación y cerró la puerta mientras divisó a Roger durmiendo sobre su lado derecho; su boca ligeramente abierta y su cabello ligeramente desordenado.

Una sonrisa se extendió por el rostro de Brian al verlo. Se acercó hasta él y se hincó en el suelo, su rostro quedando un poco cerca al de Roger. Sabía que tenía que despertarlo pero algo en su interior hacía que quisiera observarlo hasta que Roger quisiera despertar.

─Rog.─ Brian murmuró no muy alto mientras movía levemente el brazo de Roger.

El chico rubio emitió un quejido, indicando que comenzaba a despertar. El ceño de Roger se frunció levemente mientras sus piernas se estiraban en la cama.

Lo primero que Roger vio al abrir sus ojos fue un par de ojos color avellana y una pequeña sonrisa enternecida por parte del chico frente a él.

─Hola...

El ojiazul llevó una mano a sus ojos, tallando uno de ellos como acostumbraba al despertar, lo cual hizo que el corazón de Brian retumbara un poco fuerte en su pecho, desvió su mirada antes de que las acciones de Roger hicieran que se le saliera el corazón de su caja torácica. Bri se levantó y sacudió un poco la rodilla en la que se había hincado.

─Levántate, Rog. Tenemos que ponernos a trabajar.

Brian se alejó un poco de la cama y tomó la ropa de la silla de al lado del buró de Roger, la cual había regresado a su lugar en la semana, como el más pequeño había hecho la semana anterior. Así mismo Brian depositó la ropa sobre Roger, quien seguía intentando despertarse, haciendo que soltara un pequeño quejido.

─Qué malo eres, Bri.

Brian sonrió ante el nuevo apodo por el que le acababa de llamar el rubio. Volteó a ver al otro chico que ahora se había incorporado en la cama, aún tallando sus ojos con una media sonrisa adormilada, sus piernas cubiertas por la ropa que anteriormente había estado en la silla.

─Me gusta ese nombre. Se oye bien viniendo de ti.

Ahora la sonrisa de Roger se había expandido volviéndose una sonrisa completa.

─Creí que alguien te llamaba así, no sé, tus amigos o algo por el estilo.

Brian rió un poco como si lo que dijo Roger fuera alguna broma, pero al mismo tiempo bajó la cabeza antes de hablar.

─Bueno. No tengo ningún amigo la verdad.

Después de que las palabras salieron de su boca, Brian se dio cuenta de lo triste que eso se oía. Roger arqueó una ceja.

─¿Hablas en serio?─ el chico rubio preguntó incrédulo mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia el medio de la habitación donde estaba Brian.

─Yep.─ May marcó la última letra más que las anteriores.

─¿Cómo es eso posible? Eres muy agradable.

Tutor 《Maylor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora