Operación: Niñera [Nash Grier y tú]©

Capitulo 4.Me está volviendo loco y acaba de llegar

Maratón 2/3

***

— ¿Me decías vieja a mí?— rió ésta chica. Aún no podía cerrar la boca de la impresión. Y vaya impresión que lleve.

— Yo... Ya sabes, las niñeras siempre suelen ser... mayores.—finalicé con un adjetivo que no fuera tan despectivo como "vieja".

— No todas las niñeras tienen que serlo, Nash.—sonrió. Qué bonito salía mi nombre de sus labios...—Bueno, ¿puedes traer a tus hermanos? Quisiera presentarme con todos a la vez.

— Claro...—murmuré y me dirigí a mi habitación. Aún no podía creer que nuestra niñera tuviera prácticamente mi edad, digo, no debía pasar los veinte años.

— Chicos, bajen. Ha llegado la... niñera.—avisé a mis hermanos y ambos bajaron perezosamente las escaleras. Creo que ambos se llevaran la misma impresión...

Llegamos hasta la sala y ahí se encontraba ella.

— Hola chicos.—saludó.

— ¿Hola?— saludó Hayes con cara de confusión.

— ¿Eres la nieta de nuestra niñera?— preguntó Sky de lo más inocente.

— No linda, yo soy su niñera.

— ¡¿Qué?!— gritó Hayes asombrado; espero no haber puesto la misma cara de idiota que tenía él.

— Sé que se deben preguntar el por qué la niñera no es una anciana y es una chica y blablablá. Pero estoy dispuesta a responder a todas sus preguntas para llevarnos lo mejor posible.—sonrió.

— Bueno... no esperábamos que la niñera fuera tan... jóven...—murmuró Hayes.

— Me imagino, pero no creo que hubieran preferido a una anciana.—habló y todos reímos mientras negábamos rotundamente.— Fui la única que llamó para el trabajo.—sonrió.— Bueno chicos, mi nombre es ______ Brooks, y como se darán cuenta estaremos juntos un largo mes, así que espero que todos nos llevemos bien. Quiero que se sientan cómodos con mi compañía y, que para cualquier problema que tengan, acudan a mi o a Lucy.—dijo ______ y todos asentimos. Me sentía algo extraño obedeciendo a una chica que podría ser mi hermana.

— ¿Qué edad tienes?— preguntó Hayes.

— Diecinueve.—dijo y se sentó en un sillón. Esta chica parecía de dieciséis; a mi lado era tan pequeña y frágil que cualquiera dudaría de su edad.— Y antes de que hagan más preguntas quisiera decir un par de reglas que deberán cumplir mientras yo esté aquí.—impuso y de inmediato preste toda la atención del mundo.

— ¿Reglas?— espeté confundido. Nuestros padres no nos ponían ni condiciones ni reglas.

— Así es, como ya saben estaré a cargo de ustedes por lo tanto, todo lo que pase en esta casa, será mi responsabilidad.—habló con autoridad y se puso de pie.— La primera cosa antes que todo, yo se que sus padres les tienen su propio chofer que los lleva y trae de la escuela, por lo tanto quiero que sea de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, no quiero que salgan a ningún lugar sin yo saberlo antes.

— Un momento, ¿me estas prohibiendo salir cuando yo quiera?— pregunté algo enojado.

— Nash, sé que tu por ser el mayor tenias el consentimiento de tus padres para ir a donde quisieras. Pero ahora ustedes son mi responsabilidad, y no puedo dejar que se pierdan por ahí.