Operación: Niñera [Nash Grier y tú]©

Capitulo 33.¡Porque me gustas, joder!

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Me saqué los zapatos y entre la llave en la cerradura, ya debían ser más de las once y media y todos debían estar dormidos. Deje mi cartera en la pequeña mesa de la sala y me dispuse a lanzarme al sillón, aunque esperaba recibir una suave caída en el mismo, caí en una superficie plana y dura.

— ¡Ah!

— ¡Nash!— me levanté con rapidez y el castaño me veía con miedo y confusión.— Perdona, no te he visto. ¿Te lastimé?

— No... no, para nada. Tu tranquila.—suspiró y se sentó cómodamente. Se había quedado dormido.— Has llegado tarde, ¿por qué?

— Es que Shawn y yo fuimos a un antro después de...—me detuve al notar la penetrante mirada de Nash, se veía molesto.— ¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones? Además, sigo molesta contigo.

— ______—me tomó de la mano y tiró de ella haciendo que cayera sentada en su regazo—, sólo déjame explicarte.

— No, ahora deja que me levante.—murmuré nerviosa y el prefirió hacer oídos sordos.— Nash, lo que han hecho Cameron y tu no tiene nombre.

Nash bajó la cabeza.— Sé que estuvo mal, pero todo tiene una explicación. Una muy buena.

— Entonces no dudes en decírmela.—fruncí el ceño esperando una respuesta de su parte, pero lo único que recibí fue silencio.— Eres muy inmaduro aún.

Me levanté y cogí mi cartera de la mesa, subí las escaleras y lo único que deseaba era sentir que me seguía, sentir que me quería explicar las cosas y así hacerme saber que lo que hizo fue por una buena razón. Pero jamás fue detrás de mi, y tal vez Cameron me dijo una mentira, no le gustaba a Nash. De lo contrario habría hecho cualquier cosa que estuviera a su alcance.

Suspiré con pesadez y me desvestí poco a poco hasta quedar en ropa interior, me quité el sujetador y me coloqué una de las anchas camisetas de mi hermano. Me tiré a la cama y cerré los ojos esperando tener un sueño tranquilo y feliz.

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— ¡Nash, tengo hambre!

— ¡Ve a la cocina! ¡Lucy hizo unos emparedados!

¿Qué mierda?...

— ¡Nash! ¡Dile a Matthew que me suelte!— gritó Skylynn, se escuchaba feliz.

Bostecé y aparté los mechones de cabello que caían en mi rostro, me estiré un poco y miré la hora en mi celular, eran las nueve de la mañana. Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, ya que desde hacía un rato no paraba de escuchar ruido en el jardín. Suspiré y vi que en la piscina se encontraban Hayes, los Jack's y Matt quien sostenía a Skylynn.

Decidí darme una ducha y me coloqué unos shorts a la cintura azules junto con una polera de tirantes blanca, me coloqué mis Toms y bajé las escaleras. Al entrar a la cocina vi que Lucy estaba preparando alguna bebida.

— Buenos días, ______. No te sentí llegar anoche.—sonrió.

— Hola, Lu. He llegado a eso de las once, estaba tan cansada que me dormí rápido.—murmuré.

— ¿Y qué ha pasado? ¿Todo estuvo bien?— preguntó con curiosidad.

Sonreí ampliamente y antes de poder responder Hayes entró a la cocina.

— Hola, ______.—curvó una sonrisa y me abrazó.

— Hola, pequeño. No te he visto desde ayer en la tarde.—lo abracé y el asintió.