Capitulo 22.Touchdown

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— ¡Nash! ¡Arriba!

— No quiero.—murmuré y volví a cubrir mi cuerpo con la frazada que había sido arrebatada por Skylynn anteriormente.

— ______ dijo que te levantaras o iba a tirarte un vaso de agua encima.—rió la pequeña.

— Pues dile a ______ que no le creo ni de coña.—bufé y cerré mis ojos de nuevo.

— No digas malas palabras, sino serán dos vasos de agua.

— No me importa.—murmuré.

Skylynn se acercó a mi y besó mi mejilla izquierda repetidas veces.

— Hoy es el partido. Y ______ quiere que desayunes esta vez.

Me abrazó y recordé las veces que no pude desayunar esta semana por la tardanza.

— Dile que comeré algo en la escuela.—bostecé y sentí a Sky bajar de mi espalda.

— No es necesario que me diga.—replicó su dulce voz y de inmediato sentí un frío líquido recorrer mi torso.

— ¡No tenías que hacer eso!— espeté enojado y me levanté. Ambas estaban riendo a más no poder.

— Lo siento, Nash.—rió ______.— Pero debías levantarte, y si Skylynn no pudo yo menos iba a poder.

— Me alegra que mi sufrimiento las haga felices.—bufé y me quité la camiseta. Estaba empapada.— Lo bueno es que me has ahorrado el trabajo de ducharme.

— Eres un cerdo.—rió Skylynn.

— Igual sudaré más al rato, apenas llegue a las escuela entro a las prácticas antes del partido.

— No importa que vayas a sudar, entra al baño.—ordenó ______.

— ¿Me darás un baño tú?— pregunté burlón y noté que sus mejillas se sonrojaban de a poco.

— Eres un tonto, claro que no.—tomó la mano de Skylynn.— Te esperarémos para desayunar.

Salieron de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Entré al baño y encendí la ducha. No sabía cómo sentirme, al fin había llegado el día que tanto habíamos estado ansiando aunque, al mismo tiempo, tratando de alargar. Sabía que tanto Cameron como Matt se sentían igual que yo y, a pesar de que llevabamos tiempo jugando fútbol, los nervios jamás se iban. Estaba preparado para lo que me esperaba pues ya habíamos jugado con el mismo equipo hace algún tiempo. La única preocupación que inundaba mi ser era cometer algún error durante el partido, no sería nada bueno.

Salí de la ducha y me preparé con mis pantalones y jersey de entrenamiento, guardé el casco, el jersey de juego y hombreras en mi bolso y bajé para desayunar. Debo decir que olía bastante bien.

— Buenos días, tesoro.—sonrió Lucy besando mi mejilla.

— Buenos días, Lu.—murmuré y me senté en la mesa con Hayes.

— Hoy es el gran día.

— Me temo que si.—suspiré.

— Ya he preparado la videocámara.—sonrió Hayes.— Nuestros padres se enojarían un montón si no grabo ese partido.

— Mamá estará histérica.—dije y reímos.— ¿Y Skylynn?

— Está con ______, le está ayudando con su uniforme.—informó Lucy y me entregó un plato repleto de comida.

— No me comeré todo esto.—murmuré sorprendido.

— Debes hacerlo, jovencito.—sonrió.— Hoy necesitas más fuerza que nunca.

Operación: Niñera [Nash Grier y tú]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora