Capítulo 45.Eres tú

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Desperté por el creciente olor a humo que se extendía por mi habitación, abrí mis ojos y lo primero que estos vieron fueron las fotos que había recogido en casa, aquellas donde Shawn y yo sonreímos como si nada más nos importase.

Estiré mis brazos y bostecé, eché un vistazo al reloj de mi teléfono y éste marcaba las ocho de la mañana. Debido a que el olor se hizo más fuerte decidí levantarme, me puse unas sandalias y bajé tan rápido como pude, de la cocina salían nubes de humo, no tan fuertes pero si preocupantes.

— ¡Nash! ¿Qué se supone que hacen?

— ¿El desayuno? — murmuró el chico de ojos celestes, mirando en mi dirección.

Skylynn a su lado tenía puesto su pijama aún, en su mano derecha tenía una cuchara y su rostro estaba lleno de lo que supuse era mezcla para panqueques.

— Huele terrible, ¿por qué los detectores de humo no se encendieron? — pregunté, apagando las hornillas y dejando el desastre en el lava platos.

— Los desconecté antes, sabía que algo así pasaría — se encogió de hombros, haciendo notar su visible decepción.

Suspiré y dirigí mi mirada a Skylynn, la tomé en mis brazos y dejé un besó en su pequeña mejilla.

— ¿Desde cuándo se creen chefs experimentados? — inquirí, a lo que ella soltó una carcajada.

— Desde hoy—sonrió—. Con Nash planeamos hacer el desayuno para todos, aunque esperábamos que saliera mejor.

Una mueca de desaprobación apareció en su rostro, haciéndola ver bastante chistosa.

— Está bien, pequeña—sonreí—. Ve a tu habitación, iré en unos cuantos minutos para limpiarte y cambiarte de ropa, ¿si?

Asintió y bajó de mis brazos para posteriormente salir de la cocina; Nash aún estaba cabizbajo, y debía admitir que se veía condenadamente tierno.

— Así que... querías hacer el desayuno.

Me acerqué a él y enredé mis brazos en su cuello, posicionó sus ojos en los míos y suspiró.

— Si—dijo él, poniendo sus manos en mi cintura y apretándola suavemente—. Quería sorprenderlos y, además de ello, hacer algo especial para Will y Elle, se irán hoy.

— Oh—musité—. ¿Se irán tan pronto?

— Pues si, deben volver a sus trabajos, estaban de permiso—besó mis labios—. Y es un viaje de tres horas, viven en Asheville.

Frunció el ceño y me miró con atención, tratando de encontrar algo que sólo él sabía que existía.

— Eso no quiere decir que no vuelvan—mascullé—. Ya verás que vendrán en cuanto puedan; Will los ama, y lo que más quiere es estar con ustedes.

— Lo sé—sonrió—. Con esa misma intensidad quiero estar yo contigo.

Tragué saliva con dificultad y sabía que mis mejillas estaban enrojecidas, ¿qué diablos le sucedía? Cada momento que teníamos a solas era ocupado por él y sus increíbles ganas de querer ruborizarme.

Acercó sus labios a los míos en pequeños roces, haciéndome temblar y querer más de él. Sin embargo, eran esos pequeños detalles los que quería conservar por un tiempo prolongado, y si fuese posible, de por vida. Finalmente -y por atrevimiento mío- juntamos nuestros labios con algo de desespero y picardía, pero aún conservando el toque de dulzura que sólo él sabía agregar.

Enredó sus dedos en las puntas de mi cabello, lo cual había estado haciendo últimamente y era algo que me encantaba. Mordió mi labio inferior para luego dejar un pequeño beso en mi mentón, otro de los tantos detalles que amaba de él.

Operación: Niñera [Nash Grier y tú]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora