Memito

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×Narra Memo×

Me faltaba aire de lo tanto que había corrido, pero finalmente estaba en la taquilla.

-- Boleto, por favor.

Lo saco y casi lo aviento.

Lo checa con una paciencia que casi me provoca tomarla de la chaqueta y apurarla.

-- Su asiento está cerca de la puerta 2.

-- ¡Gra-gracias!

Tomo de vuelta el boleto y, corriendo de nueva cuenta, atravieso la puerta 2.

El guía me ayuda a encontrar mi asiento, que resultó estar en las primeras filas...
Eleonore sí que me había conseguido buen lugar.

Mientras hago la ardua tarea de llegar a mi lugar sin molestar mucho a los que ya estaban sentados, alguien grita.

-- ¡Memo!

Busco a la persona y es una chica castaña, muy sonriente, sentada al lado de una mujer mayor.

-- ¡Ven, vas junto a mí!

Se me hizo extraño que supiera, y pensé si sería buena idea preguntarle.

-- Hasta que se me hizo conocerte, Nemo --dice ella cuando me siento--. Ahh, soy Paulina, mucho gusto.

-- Eh, perdón, pero me siento confundido --confesé.

Ella ríe.

-- Soy tu cuñada.

-- ¿E-eres hermana de Ele? --mis mejillas se colorearon de rojo.

-- Bueno... casi, soy su mejor amiga.

Ahora todo tenía sentido.

-- Ella me había dicho que era muy probable que no vinieras --me empieza a contar--. Dijo que estabas de viaje o algo así, pero por como te veo, creo que justo llegaste, ¿no?

Muevo mi cabeza arriba-abajo.

-- Pensé incluso que ya era tarde...

-- Qué va, faltan como cinco minutos. Nunca empiezan puntual.

Me quedo pensando en que Ele no sabía que estaba aquí.

-- ¿Crees que debería llamarle para avisar que sí llegué? --le pregunto tomando mi barbilla.

Ella niega rápidamente--. NO, no, no, que sea sorpresa.

Yo me río y acepto.

-- Ejem, Paulina, yo también existo --le dice la mujer mayor a la chica.

-- ¡Ayyy, lo siento Lolita! --se disculpa y me mira comprometedoramente, intimidándome un poco--. Memo, te presento a la señora Lola, abuela de Ele.

Ele me había platicado sobre ella.
La consideraba muy importante en su vida, un gran apoyo en todos los aspectos.

-- ¡Un gusto señora! Soy Guillermo --me levanto para darle un abrazo.

-- Guillermo Aponte Mille, ¿no? Ya estaría que no supiera, mijita habla tooodo el día sobre ti. Creo que sé bastante de tu vida, más de lo que me gustaría.

Me quedo con la boca abierta, totalmente impresionado.

-- ¡Ay abue, Ele se va a enojar con usted! --alega Pau.

Nos reímos los tres y en eso dan la tercera llamada, indicando que el festival estaba por empezar.

Quise regresar a mi asiento, pero Lolita me toma del brazo...

-- Memito... --ella me aprieta la mano y sonríe--. Gracias. Por estar aquí.

Siento en mi pecho una calidez, que me impulsa a devolverle la sonrisa--. Un placer.

Ahora sí puedo tomar mi lugar y las luces se apagan. Salen al escenario varios jóvenes, vestidos al estilo hip hop.
Mis ojos buscan desesperadamente a cierta persona.

-- Tranquilo, ella no está en esa categoría --explica Pau--. Creo que son dos coreos de ellos y luego va ella.

Suelto el aire que estaba conteniendo y me limito a observar el baile. Lo hacían verdaderamente bien y me imaginé cómo lo haría Eleonore.

Seguro perfecto, pensé.

Casi estaba contando cuenta regresiva para que el grupo de Ele apareciera.
Hasta que por fin salió, acomodándose al frente de la formación

Esa era mi Ele.

-- ¡VAMOS ELEEEE, DALEEEE! --grita Paulina a mi lado, asustándome.

Varios comenzaron a chiflar y gritar, pero callaron enseguida al sonar la música.
Identifiqué a Bruno Mars en los altavoces.

A pesar de no saber mucho sobre el baile y sus técnicas, desde el primer movimiento que ella realizó supe que era su pasión.

La música parecía fluir por toda ella, siendo unidad juntas.
Ele brillaba de entre los demás, de eso no había duda.
No quería perderme de ningún movimiento, así que jamás despegué mi vista de ella.

Mi corazón latía fuerte, se comparaba a esa sensación que me invadía cada que iba a Disney.
Era increíble.

Para cerrar aquella coreografía, hubo un espacio exclusivo para mi chica, donde todos excepto ella se agacharon y ella hace una tipo acrobacia (gif de la descripción).

Pau, la señora Lolita y yo reaccionamos gritando a todo pulmón.

Pareció escucharnos, ya que sonrió.

El siguiente baile estuvo igual de increíble, eso sí, se trataba de reggaetón, por lo tanto eran movimientos algo... que diré, ¿sensuales?

Casi se me sale la baba.

Y así los grupos de baile se fueron rotando: infantiles, adolescentes y mi favorito, jóvenes.
Me estaba encantando la experiencia, y cuando dieron un descanso de diez minutos me puse a platicar con mis acompañantes.

-- ¿Y qué le está pareciendo, Memito? --quiso saber la señora.

Lo de Memito me estaba empezando a dar gracia.

-- Nooo, increíble. Baila muy bien.

-- ¿Verdad que sí? Siempre ha ensayado durísimo, y esto es lo que ha conseguido --sus ojos brillaron con orgullo--. Y espérese al solo que har--

-- ¡Abueee! ¡Se supone que era sorpresa! --interrumpe Pau.

-- ¿Ah sí?

No evito reírme un poco, aunque mi pensamiento no tardó en proyectar a Eleonore en un solo... ¿sería de hip hop? ¿reggaetón? ¿jazz?

No podía con la duda.

Agradecí cuando la otra mitad empezó.
Cada que salía Ele, quien cambiaba de vestuario (se veía guapísima), el trío nos destrozábamos la garganta echándole porras...
Creo que ya tenía harto al señor de al lado.

Pero qué mas daba, no podía contenerme.

-- Creo que... ya va ella --musita Pau, sacando su móvil para grabar.

Iba a preguntarle si me pasaría el vídeo, pero ella entra al escenario, con un vestido blanco que le quedaba increíble y las palabras murieron en mi garganta.

Una luz amarilla tenue la ilumina. Era su momento.
Yo ya no prestaba atención a nada más, el mundo parecía desaparecer...

Me pongo al filo del asiento y empieza la canción.






Mi chico ideal (Memo Aponte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora