Alguna vez escuché:
Los secretos destruyen relaciones.Y mientras observaba mi plato con comida de Panda Express, me preguntaba cuánta verdad poseía.
Tenía tanto miedo de que fuera verdad.
-- Memo...
Pero... igual y no es tan malo guardarse ciertas cosas, ¿no?
-- Memo.
Pero se supone que en una relación la confianza es fundamental...
-- ¡MEMO!
Detengo mi debate mental y levanto mis ojos: me esperaba un César desesperado.
-- ¿Decías?
-- ¿Qué estás pensando que te tiene tan... lejos?
Hago una mueca.
-- En Ele.
Mi amigo no entiende, a juzgar por su expresión confundida.
-- ¿Terminaron?
-- ¡No! No, pero... últimamente me da la sensación de que algo le pasa.
-- Entonces habla con ella, así de sencillo --se encoje de hombros y se lleva una porción de arroz a la boca.
-- No es tan fácil... --musito, enterrando mi tenedor en un pedazo de carne.
-- No hay cosa que no se arregle hablando --insiste él--. Claro, ya si es una infidelidad o la pareja es sordomuda... es otra cosa.
-- Eres un idiota --sonrío a duras penas.
Terminamos de comer y por más que quisiera ir con Eleonore y hablar de mi inquietud (sí, Rosty me había convencido de hacerlo), no podía, ya que tenía trabajo en el estudio.
Eso me llevó toda la tarde y parte de la noche.
Supe, entonces, que sería mal visto llegar a la casa de Ele a horas tan tardes.
Sin embargo, la necesidad de aclarar todo con ella terminó ganando.Estando frente al barandal café, decido tocar, pero justo Lolita sale de la casa, sorprendiéndonos a ambos.
-- ¡Memito! ¡Hola!
-- ¡Buenas noches Lolita! --saludo alegre--. Disculpe por venir a estas horas.
-- Qué va, yo voy a por unas cosas al mercado. No estamos tan mal, ¿verdad?
Nos reímos un poco.
-- Y... ¿está Eleonore?
Su rostro cambia de expresión y eso me alarmó--. Sí, ella está dentro.
-- ¿Podría pasar a verla?
Esta vez sí que fue notorio su porte dudoso y apreté mis puños para controlar la tensión que experimentaba.
-- Claro, deje le abro.
Ella quita el candado del barandal, sale y me invita a pasar.
Se despide con la mano y camina hasta que la pierdo de vista.Ahora miro a la puerta principal y tomo un poco de aire.
Cuando me siento seguro, paso al interior. Todo estaba silencioso; si no supiera que Ele estaba ahí, juraría que no había alguien.Me aproximo al cuarto de la chica y, estando cerca, coloco mi oído en la superficie de la puerta, intentando escuchar algún indicio de vida.
Tragué saliva y toco dos veces.
Escucho un "pase" y asomo mi cabeza.Ele estaba acostada en su cama, con unos audífonos puestos y sus brazos arriba de la cabeza.
En el instante que me ve, se quita el accesorio, se levanta y con urgencia visible, me da la espalda.-- Ho-hola Memo --saluda. Su voz había sonado temblorosa.
-- ¡Sorpresa! --bromeo, no muy seguro de cómo actuar con tantas preguntas en mi cabeza--. Sé que me extrañabas, así que vine lo más pronto posible.
Ele por fin me deja ver su rostro y me da una punzada en el pecho al percibir sus ojos un poco rojos.
Pero parecía querer disimular, ya que sonrió amplio.-- Yo siempre te estoy extrañando --se acerca y me da un abrazo apretado--. Siempre.
Disfruto unos segundos de la cercanía, cerrando mis ojos.
-- Te quiero mucho --le susurro al oído.
-- Yo te amo --dice y antes de apartarse, me deja un beso en la mejilla--. ¿Quieres ver una película; escuchar música; dormir?
Finjo pensar.
-- ¿Qué película sería?
-- Mmm --va a una estantería y saca al azar una--. ¿Te parece Guardianes de la Galaxia?
-- Excelente.
En su habitación había una televisión, así que no hubo necesidad de ir a la sala.
Ele y yo preparamos palomitas y de pura suerte, contábamos también con gomitas.Ella puso la película y nos acomodamos en su cómoda cama, muy juntos (por supuesto) y con una cobija demasiado suave.
Reímos, comentamos, vimos, cantamos y lloramos (sólo Ele) durante las casi dos horas de la película.
Habían llegado los créditos.
Aparentemente, Eleonore se veía bien, pero algo no me convencía.Debía hacerlo ahora, antes de que pasara a mayores.
-- El...
-- ¿Sí?
-- Quiero hablar contigo.
Sentí su cuerpo tensarse.
-- ¿Sobre qué?
-- Bueno... hace poco empecé a notarte medio triste --comienzo. Procuraba no mirarla, porque seguro y se me iban las ideas--. Y sé que has tratado de ocultarlo, pero te conozco bien y... solo quisiera saber...
Me detengo por falta de palabra, pero rápidamente retomo.
-- Tú sabes que puedes confiar en mí.
-- Estoy bien, no sé por qué dices eso --se pone a jugar con sus dedos.
-- Vamos Ele, no me mientas...
-- ¡No miento! --replica molesta.
-- ¿Tienen que ver tus padres?
Sus ojos se ensombrecieron, indicando que había dado en el blanco.
-- No.
-- Ele... puedo intentar entenderlo, haría el esf--
-- ¡Mierda! --dice casi en un grito--. ¡Ya te dije que estoy bien, maldita sea!
Enseguida me quedo quieto.
Nunca le había visto así, tan alterada y me limito a observarla.
Ella no aguanta más y libera un sollozo, seguido de otro y otro. Pronto, sus mejillas ya estaban brillando por las lágrimas.Reacciono y la oculto entre mis brazos.
No me importaba que me mojara la camisa, era lo último en la lista.-- Perdóname Ele --murmuro--. Yo no quer--
-- No, no --me interrumpe--. T-tú no tienes la culpa de nada, perdóname a mí. No debí de haberte gritado.
Su voz estaba rota, y haberla escuchado así, me provocó un dolor agudo en mi corazón. Un dolor agudo que subió a mi garganta.
Me destrozaba verle así.-- No hay problema...
Transcurrieron minutos, en los cuales yo la mantuve cerca de mí, consolándola con caricias en la espalda, consolándola como podía.
Eleonore se aferraba a mi camisa, y eso evidenció que claramente le dolía.-- Mis padres --logra decir luego de un rato--... los extraño muchísimo.
-- ¿Y.. por qué...?
Ella niega con su cabeza.
-- Porque ellos ya no están.

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Mi chico ideal (Memo Aponte)
FanfictionUna chica, fan del famoso Memo Aponte, actor de doblaje, termina siendo afortunadamente la seleccionada para un nuevo Disney Challenge. Todo debería salir bien... ¿o no?