¿Esto es legal?

220 13 2
                                    

×Narra Eleonore×

Trabajar en un OXXO podía ser divertido.
No bromeo, en serio.
O al menos eso pensaba porque estaba compartiendo turno con mi mejor amiga.

Me costó un buen de tiempo para contarle cierto asunto que involucraba a cierto chico.

Cuando acabé, sentí ruborizarme.

No recibo una respuesta, y, desconcertada, dejo de ordenar unos dulces para verla.

Estaba con la boca abierta.

-- Cierra la boca que se te van a meter las--

-- ¡NO MANCHES! ¡LE DEBO DOSCIENTOS PESOS A RAÚL!

Me confundo y frunzo el ceño--. ¿Qué?

-- Nada. Así que... --aparece en sus labios una sonrisa que me puso los pelos de punta-- por fin cediste a la tentación.

El calor en mi cara subió de nivel, y en vez de contestar, mejor acomodo cosas que, en realidad, ya estaban acomodadas.

-- Bueno, yo digo que mereces un premio por eso. O sea, con tal adonis a tu lado debió ser difícil.

Seguía el silencio por mi parte.
De verdad, no tenía ni idea de qué decir.

-- Dime, dime, ¿es apasionado, acá a lo Grey?

Un señor bigotón venía al mostrador y le doy un codazo a mi compañera, haciéndola reaccionar y atenderlo.

Cuando lo despide:

-- En vistas de que no me darás detalles de eso... --apoya uno de sus codos en la repisa-- ¿ya sabes dónde trabajarás?

-- Amm... no.

-- ¿Cómo?

Ahora una señora había puesto sus cosas en mi caja, así que me dedico a escanear y capturar los códigos.

-- Has de cuenta que le ofrecí mis servicios a Memo.

Cobro unas pasitas de chocolate.

-- ¿Servicios? ¿Qué tipo de servicios? --el tono seductor que usa me pone incómoda.

Carraspeo, como una advertencia para que no siguiera en ese plan.

Cobro unas mentas de colores.

-- Mi trabajo de informática, para sus videos y esas cosas.

-- ¿Y qué te dijo?

Cobro un agua grande.

-- Nada. A lo mejor ve difícil que trabajemos juntos en la oficina o... que yo lo pueda distraer.

-- ¿Distraer? --otra vez utiliza ese maldito tono--. ¿En una oficina? Qué sucia.

-- ¡CHI...HUAHUA, contigo no se puede hablar! --exclamo, fulminándola con la mirada.

Paulina se parte a carcajadas, pero ese tipo de carcajadas mudas, que no emiten ni un sonido.
Su rostro se volvió rojo donde no estaba respirando.

Recordé que tenía cliente y, lentamente, vuelvo mis ojos a la señora.

Se veía... en trance.

-- Amm, son treinta con cincuenta --estaba muy apenada, tanto, que batallé en arrancar el ticket--. ¿D-desea redondear?

Ella asiente con su cabeza y rápido le doy su cambio.

-- ¡Magnífico, me hiciste el día! --me palmea la espalda varias veces.

Mi chico ideal (Memo Aponte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora