"Los cobardes".

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En una de nuestras pláticas me dijiste que sólo seguías conmigo porque no querías hacerme daño, ahora te respondo yo aquí, porque eso hacen los cobardes, decir las cosas pero nunca al rostro.

Léeme bien, sólo lo diré una vez, pues suficiente tiempo he tenido en este juego de sube y baja.

Mi amor tienes tú, el que me gusta eres tú, entonces, ¿cómo esperas que te diga que me tienes harto, si eso me haría aún más daño? Porque simplemente yo no puedo, porque tanto te amo que no puedo hacerte daño. He llegado a este punto, donde me doy cuenta de que tú tampoco me quieres lastimar y me lo has dicho, pero si no te bajas de este sube y baja, ¿cómo esperas que sigamos?
Dices que no te bajas, porque no quieres que me caiga, pero si sigues así, al final me bajaré yo.

Y es ahora cuando trato de hacerlo, pero tampoco quiero lastimarte, así que lo haré de poco a poco para que no caigas de un golpe.

Dices que no quieres hacerme daño, que sabes que si te vas lo harás, yo también lo sé. Pero créeme, me hace más daño que te quedes sólo porque yo quiero. Vete, anda, conoce a alguien más, pero por favor, no olvides a mi corazón romper de una vez. Por favor, bájate ya, aunque me de tremendo golpe, sé que al final te irás.

Los insignificantes escritos de una joven escritora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora