Carta #3.

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Era un extraño día de verano, hacia algo de brisa y las nubes grises adornaban el cielo, los pasillos atestados de gente tan insignificante como para ser notada, y entre toda esa gente estabas tú.
Pero tú no podrías pasar desapercibido como alguien más entre toda esa gente ridículamente igual, no, aquella mirada perdida y tú aura solitaria me hacían sentir la incansable necesidad de averiguar porque eras así.
Siempre he sido una persona que le gusta reparar lo roto, entre eso a las personas; y tú eras una persona rota, tengo buen ojo para eso, de verdad lo pude notar.
No quería acercarme por miedo a arruinar todo, y aún así, por azares del destino te hablé, cuando me acerque tu expresión gritaba sorpresa pero tu mirada hacía el miedo evidente, la duda me invadió y trate de llevarlo de a poco.
Te dije "hola" tratando de que no sonara demasiado estupido, me miraste con confusión y levantaste tu mano en forma de saludo.
Quería preguntar si estabas bien, pero mi cerebro me gritaba que no lo hiciera y preferí guardar silencio. Pero como los silencios no son lo mío, otra estupidez comenté "supongo que también vas en esta clase, te veo adentro". ¿Había una mejor forma de arruinarlo todo?, Justo ese pensamiento me golpeaba mientras caminaba a mi asiento; tanto tiempo aquí y jamás habíamos coincidido, y si ahora lo hacíamos por algo debía ser.
Te sentaste a mi lado, en silencio, con una paz demasiado envidiable para cualquiera y aún así eras tan invisible.
No hablamos más, pero supuse que no era necesario; un par de movimientos de cejas, algunas muecas y dos o tres señas fueron nuestra conversación de ese día, de ese primer día.
Así fue como nos conocimos, de una manera tan estúpidamente ordinaria que sería un poco ridiculo creerlo. ¿sabias qué un recuerdo que llevabas puesto?, me gusta prestar un poco de atención a los detalles no insignificantes.
Los jeans negros nunca le habían quedado tan bien a nadie como a ti, y ese peinado era del tipo de peinados que en nadie luciría bien, no como en ti, era simplemente algo maravilloso.
¿Lo recuerdas?, nuestro primer día, el día que nos conocimos; como desearía haberte conocido antes, haber podido disfrutarte más, pero la vida no siempre te da lo que quieres, a veces solo te lo quita y no hay nada que se pueda hacer.
Te extraño, espero verte pronto.

                      Con todo mi dolor, B.

El día en que te perdí. (Versión cartas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora