Carta #7.

24 9 0
                                    

Alguna vez leí que las mejores canciones o historias de amor se escriben con el corazón roto pero es mentira, porque yo tengo el corazón roto y lo único que he podido escribirte son mis tristes lamentos, espero que me estés leyendo.
Recuerdo aquel día cuando vagábamos por YouTube buscando alguna buena canción hasta que apareció, fue como si tratara de demostrar algo, simplemente llegó de la nada y nos golpeó como un milagro, poético.
Umbrella, de Ember Island, nuestra nueva canción favorita a partir de ese momento. ¿Porqué?, porque era nuestra, de nosotros dos; compartíamos eso así como compartimos mucho más, compartíamos una canción y miles más de ellas, compartimos momentos y ahora compartimos recuerdos.
Te compartí a ti, con la vida y la eternidad, con mi memoria incansable que no te para de pensar, te extraño tanto, mi pecho se siente tan vacío sin tu calor.
El dulce aroma tan propio de ti yace en mi almohada escapando lentamente, llevándose una parte de lo que me queda de ti.
Me duele saber que no podemos estar juntos aunque me esfuerce por ser mejor y por cambiar, por dar todo de mi para que vuelvas. Me duele saber que nada de lo que haga cambiará el hecho de que tú decidieras dejarme por lo que tú llamaste mi bien.
¿Cómo se supone que es por mi bien si ahora estoy peor que nunca?. Tras tu partida yo jamás he logrado ser igual, te pienso a cada instante recordando cada momento a tu lado, desde el principio hasta el final.
Debes entender que pase lo que pase siempre estarás presente en mi mente, siempre serás esa triste historia que me rompe el corazón.
Te dije que jamás había sido una persona capaz de llorar fácilmente, pero el solo saber que no estás más conmigo me hace sentir desconsuelo profundo.
Yo te amo, Edwin, yo te ame desde el día en que te conocí.
Recuerdo cuando te pedí que nos tomáramos una foto por primera vez, había tratado de lucir bien por la mañana antes de ir a la escuela para así poder impresionarte y a duras penas tú aceptaste, yo enmarqué esa foto, como todas las demás y aún sigue siendo mi favorita.
Llegué, me sudaban un poco las manos por el nerviosismo, esperaba poder impresionarte con mi nuevo look; mi cabello rojo porque ese es tu color favorito. Camine hasta donde supuse que podría encontrarte y luego te vi, lucías tan Perfecto como solo tú sabes hacer y me acerqué, te salude como si mi estomago no estuviera dando más vueltas que una lavadora, tratando de actuar normal hasta que tú me miraste y sonreíste, con esa preciosa sonrisa que hasta hoy día es mi favorita de entre todas las que he visto. Dijiste las palabras que yo tanto; por más estupido que sea, esperaba escuchar "en tu otra vida fuiste de todo, menos estilista o algo parecido a eso" y luego tú melodiosa risa inundó mis oídos bendiciéndome por completo, que dios me perdone por decirlo pero es verdad, mis mayores bendiciones las obtuve de ti, fueron tus risas, tus abrazos, cada uno de tus besos y tú por sobre todo esto.
Si hay un infierno seguro me están esperando ahí con los brazos abiertos, pues soy una persona abiertamente pecadora de amar a alguien más que a mi propia vida, y no, nunca fue a Dios, siempre serás tú.
Jamás en mi vida va a existir alguien más, porque nadie puede ni podrá, ni sabrá como llenarme de la manera en que lo hace tú melodiosa voz, tú cálida compañía, tú dulce aroma y tú fresco aliento, en palabras resumidas solo tú y tu compañía son las únicas cosas capaces de irrefutablemente mejorar hasta mi más horrible día, aunque pensándolo bien, mi más horrible día fue el día en que me dejaste.

Sigo pensando en ti, B.

El día en que te perdí. (Versión cartas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora