Carta #1.

40 7 0
                                    


El día de ayer todo estaba bien, es sorprendente como las cosas pueden cambiar en cuestión de segundos.
Hace tan solo un par de horas nosotros estábamos hablando, tú reías, creo que quizá te hice enfadar un poco pero aún si estábamos bien.
La cantidad de cosas que cambian en cuestión de minutos aún me tiene sin poder asimilar lo que pasó, y los recuerdos se repiten en mi mente una y otra vez. Vuelve el terror y el pánico me inunda, esa sensación de vacío recorriendo por mi cuerpo, alojándose en mi pecho y robándome el aliento.
Recuerdo todo sobre ti, incluso el día en que nos conocimos, podría relatártelo ahora, ¿pero a ti te gustaría recordarlo conmigo?, bien aquí va.
Era un día un poco extraño, el verano estaba en su esplendor y aún si había algo de brisa y una que otra nube; entonces, caminando por los solitarios pasillos atestados de gente tan insignificante como para que yo sintiera que no había nadie; te vi, tan cliché como en las historias de amor en la películas, solo que esta no era una historia de amor, mucho menos una película y claro que pude notar en tu mirada como te sentías invisible entre la gente, pero aún entre toda esa gente insignificante yo te mire a ti.
Apenas y pensé en acercarme, pensé que probablemente diría algo estúpidamente ridiculo que te haría reír por el resto de tu vida, o bueno, que te habría hecho reírte de mi al menos, y ojalá que lo hubiera hecho.
Probablemente sentías a la soledad acompañarte mientras eras aquella persona que al parecer nadie nota, porque peor que ser notado por alguna cosa estupida, es ser completamente invisible para cualquiera.
Yo llegué para quedarme, y no lo sabía hasta que me persuadiste sutilmente y todo mi sarcasmo he ironía dejo de tener sentido mientras trataba de comportarme como alguien normal y así poder acercarme a ti, no estaba completamente consciente de cómo haría eso, siendo quien soy claramente no sería muy fácil y tampoco es que quisiera que tuvieras problemas por mi.
Y pensar que tú hiciste todo esto para protegerme, pero no te diste cuenta que lo que hacías era lastimarme.
Estoy llorando, estoy sufriendo y es tu culpa. ¿dónde estás ahora que te necesito más que nunca?, porque definitivamente no es aquí y te necesito. Recordarte me pone mal, vuelve a mi, qué tu ausencia es mi mayor castigo.

       
Te extraña, B.

El día en que te perdí. (Versión cartas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora