Los mellizos Edevane reciben su carta de Hogwarts para cursar su quinto año. Toda la vida han sabido que su familia tiene un linaje de sangre pura y para ellos el tema de la magia es lo más normal. Al llegar a Hogwarts se encontraran con las reglas...
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Alarick
Un amargo recuerdo me despertó. No podía quedarme dormido, no hasta que ella despertará y volviera a ver sus ojos llenos de vida.
Miré mi alrededor, aun estabamos en la Mansión Malfoy y en la habitación que Narcissa nos había otorgado a mi hermana y a mi.
Un increíble y eterno silencio reinaba toda la mansión, esta noche ni los grillos se escuchaban, ni siquiera el susurró del viento chocar contra la ventana.
Talle mis ojos con la palma de mis manos, queriendo alejar cualquier rastro de sueño, no pude hacerlo del todo, mis ojos seguían sintiendose pesados.
—Ten...—Malfoy me entregó un poco de agua servida en un vaso de cristal. Acepté y lo vi sentarse al borde de la cama.
Angeline estaba recostada con sus ojos cerrados, su cabello suelto y su piel palida como sus labios.
—Perdió mucha sangre —dijo Malfoy acariciado el rostro de mi hermana.
—Sí. Por suerte sabías el hechizo...
—Cuándo te escuché gritar y te vi afuera en la tormenta con Angeline inconsciente, yo...no entiendo aun de donde saque fuerzas para no desmoronarme. Pensé lo peor ¿Sabes? —regresó a mirarme —. Creí que la había perdido...
—Yo también.
Nuevamente silencio.
Angeline perdió mucha sangre en el trayecto a la mansión, y la fuerza utilizada para aparecer provocó un fuerte desgaste que la llevó a perder el conocimiento. Agradecía que Malfoy fue quién me escuchará gritar mi desespero por creer haber perdido a mi pequeña hermana.
Malfoy conocía el hechizo que curó las heridas de mi hermana, Snape lo usó en él cuando Potter lo atacó en el castillo.
Pese a que Angeline estaba fuera de peligro, todavía no podíamos hacer que despertará. No me he despegado de ella ni un instante, Malfoy no se diga, entra y sale de la habitación, se acerca hablarle y hacerle unos cuantos mimos en su rostro y cabello.
Me impresiona, jamás imaginé estar de nuevo bajo el mismo techo con él y menos cuidando de mi hermana. Desconocía a este Draco Malfoy, no era ya el chico egocentrico, burlón y orgulloso que llegué a conocer. Ahora veía a un chico preocupado, entregado e incluso cariñoso...
Malfoy tomo la mano de mi hermana, note como observaba la cicatriz de su muñeca, y su rostro se llenaba de tristeza.
—Supongo que nunca te dijo...—dije, me acerqué hasta él apoyandome con mi bastón, él me miro.
