Los mellizos Edevane reciben su carta de Hogwarts para cursar su quinto año. Toda la vida han sabido que su familia tiene un linaje de sangre pura y para ellos el tema de la magia es lo más normal. Al llegar a Hogwarts se encontraran con las reglas...
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Aparecimos en una pequeña comunidad con casas rústicas cubiertas de una fina capa de nieve sobre los tejados, y faros iluminando las calles solitarias. La brisa del aire me llenó de nostalgia por reconocer el lugar donde nos encontrábamos.
—¿Qué hiciste?— preguntó mi hermana, acercándose a mí como si fuese a golpearme, jamas la vi tan molesta --.¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? Alarick…
—Te salvé...—respondí tajante.
—¿Salvarme? ¿De qué carajos me salvaste? Era nuestra oportunidad de poder huir y la arruinas así — Angeline apretó sus labios y arrugó el entrecejo, cada vez estaba más cerca de mi.
—No fue él —Malfoy por fin hablo, mi melliza y yo regresamos a verlo -- .yo le dije que nos fuéramos…
Angeline entre abrió sus labios emanando una ligera capa de vapor de su boca.
—Alarick te salvo porque se lo pedí — continuó hablando Malfoy —. Angeline ¿no te dabas cuenta? Estabas torturando a tu propio padre…
—¿Y? ¿Cuál era el problema
—Esa no eras tú —mi hermana me miró a los ojos —. Y no iba a permitir que te volvieras…
—¿Cómo ellos? Por si lo olvidas, somos como ellos, hemos mentido, traicionado y torturado tal y como nos indican, somos como ellos...somos mortifagos.
—¿Estas diciendo que realmente dejaste de ser quien eras? Esa no es la chica que conocí...—Las palabras de Draco resonaron por mucho en la mente de mi hermana.
—No debiste traernos aquí —dijo Angeline —. Este será el primer lugar donde nos venga a buscar.
—¿Dónde estamos? —Preguntó Malfoy, mientras los tres caminábamos por las calles del vecindario.
—Es el valle de Atenea. Aquí crecimos Angeline y yo hasta que…
— Nuestro respetado padre creyó que era buena idea matar a nuestra madre —respondió Angeline con sarcasmo.
—Y…¿Alguna idea de a donde ir? —Preguntó Malfoy, frotando sus brazos para alejar el frío.
—Este lugar ya no es tan concurrido como lo era antes, hay muchas casas abandonadas, sólo es cuestión de buscar alguna sola y…
—¿Quedarnos? —Malfoy interrumpió con disgusto —. No podemos quedarnos en un solo lugar siempre…
—Tampoco podremos buscar alguno ¿Tienes acaso idea de a donde ir?
Mi hermana y Malfoy intercambiaron miradas. Angeline suspiró, frotando sus brazos mientras miraba cada rincón y cada casa de nuestro antiguo vecindario.
—Bien…
Tan pronto como emprendimos camino, volvía ha escuchar las risas de nuestros amigos, los pocos que logramos hacer aquí.