Dancing queen » Kino

10.

IMPORTANTE: LA EXPERIENCIA DE LECTURA DE ESTE CAPÍTULO ES MUCHO MÁS ESPECIAL ESCUCHANDO LA CANCIÓN QUE DEJARÉ POR AQUÍ ARRIBA. eso, bye.

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La noche transcurre más rápido de lo que pensé.

Ahora mismo me estoy dirigiendo a mi departamento, a nuestro departamento, para arreglarme rápidamente para la cena de la compañía.Luego Kino y yo nos marcharíamos a un club para distender nuestras mentes del trabajo y disfrutar del resto de nuestro día con un merecido descanso.

Todo es perfecto.

—¿Quieres decirme por qué tenemos que ir en primer lugar?—Resoplo en voz alta, doblando en la esquina más cercana.

La exótica voz de Kino llena los parlantes de mi auto directo desde mi celular, el cual está en modo de manos libres.Y su suave risa, apenas exhalada, me recorre de pies a cabeza como si estuviera justo aquí tocándome.

Sip.Esa clase de efecto es la que logra mi novio en mí.

—¿Quizás porque tenemos que festejar el éxito de tu último espectáculo del año antes de que yo me vaya de gira y no pueda ver a mi novia durante veinte dolorosos días?—Exclama del otro lado de la línea.

Inspiro profundamente.

Iba a extrañarlo horrores, como siempre que se marchaba.Pero él está cumpliendo su sueño y debo apoyarlo.Sé que es lo que lo hace feliz y eso es todo lo que puedo pedir, aunque debido a su ausencia tenga que cobijarme todas las noches en una de sus camisetas para poder conciliar el sueño sin él del otro lado de la cama abrazándome a su cuerpo.

—¿Baby? ¿Sigues allí?

¿Ya dije que a la única persona a quién le permitía decir mi nombre sin que sonara tonto era a él? Tenía un serio talento para hacerlo sonar deliciosamente lindo, e incluso adorable.Mi corazón latía al doble de su ritmo usual cuando lo oía entre sus labios.

Sonrío suavemente, frenando en el semáforo.

—Sí, cariño.Lo siento, estaba distraída.Estoy conduciendo.

—Debería colgar entonces...no quiero distraerte mientras estás en el auto, no deberías hablar por teléfono.—Su voz suena preocupada, aunque claramente me esté reprendiendo.

—Nah, estoy en el modo sin manos.Tranquilo, tengo todo bajo control.

Golpeteo mis dedos contra el volante, visualizando nuestro departamento a unos metros de distancia.Es bastante modesto pero así lo quisimos.

—¿Cómo sigue tu cabello? ¿Igual de frito?—Pregunto con sorna.

Se lo había teñido unos días atrás de rubio.Y sí...no había sido una buena idea.Insistí en que un profesional se lo hiciera pero él se negó, diciendo que no dejaría que nadie tocara su cabello.Me fastidió tanto al respecto que tuve que rendirme frente a sus encantos.No había caso: lo que él quería siempre lo conseguía de mí, sin excusas.

—¿Estás en el semáforo?

Sonrío.

—Sí...—Miro el contador.Aún falta bastante para que se ponga en verde.

—Revisa tu teléfono.

Miro rápidamente el semáforo una vez más, asegurándome de que siga en rojo a pesar de que a esta hora no haya ni un alma en a calle y mucho menos otros vehículos.Entonces, tomo rápidamente el teléfono y sin cortar la llamada reviso la foto que me ha enviado.