Las luces del club podrían dejar ciega a cualquiera.De hecho, lo mismo sucedía con el humo que dispersaban las máquinas adheridas al techo y los volúmenes insalubres de música, siendo coronados por hordas de cuerpos rozándose.Sin embargo, hay una sonrisa pegada a mi rostro mientras llevo el vaso de cerveza hacia mis labios y le doy un trago.Al instante, mis ojos se viran hacia atrás y un gemido de satisfacción se me escapa.
Cielos, realmente no me había dado cuenta de cuánto extrañaba beber cerveza hasta éste momento.
—Será mejor que no vuelvas a hacer eso...—Habla una ronca voz a mi lado, seguida de un par de húmedos besos en mi cuello—O comenzaré a ponerme celoso de un trago.
Una suave risa se me escapa mientras llevo mis ojos hacia mi novio, quien se ve sumamente comestible en un par de ajustados jeans y una camiseta de cuero.Él simplemente...argh.No era para nada recomendable para la salud.Llevábamos poco menos de media hora aquí y más de un centenar de mujeres le han clavados los ojos encima.Además, desde que volvió a sus actividades en Pentagon con un impresionante comeback, tenía el doble de atención femenina.Si él no les prestara tan poca atención y nuestra relación no estuviera lo suficientemente blanqueada frente a los medios, seguramente estaría loca de celos.
O bueno, más de lo que ya admitía estarlo.
Muerdo su labio cuando sus labios demandan los míos, escuchando un gruñido de su parte como respuesta, él cual me enciende más rápido que la gasolina.
—¿Por qué no vas a la pista?—Le digo sin aliento—Se ve que todos se están divirtiendo mucho.
—Nah...—Suelta la cabecera de mi silla y se echa hacia atrás en la suya, observándome con atención—No me apetece.Además, Hui está tan ebrio que en cualquier momento va a caerse de culo.
Alzo mis cejas, llevando el vaso de regreso a mis labios.
—Bueno, espero tener la cámara lista para cuando eso suceda.
Él me guiña un ojo.
—Créeme, será pronto.Ya comenzó a cantar a todo pulmón.Es el tercer estadio de hola-gran-resaca-por-la-mañana.
—¿Y cuál es el primero?—Pregunto con curiosidad.
—Decirle a todos que los ama mientras se cuelga de ellos como un koala.—Su boca se ladea—Lo que sucedió hace aproximadamente...—Mira su reloj—Veinte minutos.Eso significa que ya está en su punto límite.
No puedo evitar reír, cubriendo mi rostro para evitar que la gente nos mire extraño debido al tono chillón de mi voz.Pero al ver la manera en la que Kino me mira, tan concentrado, mi risa se acalla lentamente.Con tan sólo mirarme así me siento sumamente preciosa en mi sencillo vestido negro y mis tacones.
—¿Qué?—Le pregunto con una sonrisa aún pendiendo de mis labios.
—Simplemente te miro.—Me dice lentamente—Y admiro lo hermosa, lo fuerte e increíblemente valiente que eres.A veces tengo que recordarme que fui un bastardo suertudo el día que nuestros caminos se cruzaron, porque soy el único aquí con el que vas a irte a casa.
Mi corazón se acelera.
—Hyunggu...—Susurro, sinceramente conmovida por sus palabras y la intensidad en su rostro.
Él extiende sus preciosos labios en una sonrisa y luego se estira hacia mí, buscando un beso.Al instante yo voy en su búsqueda, depositando uno en aquellos labios rosados que me volvían loca.
Hay una promesa oscura en sus ojos, la cual me habla de lo que debería esperarme ésta noche, y eso causa que el fuego liquido recorra mi estómago.
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Dancing queen » Kino
FanfictionHay veces en las que tus sueños se vuelven un arma de doble filo: pueden astillarse y clavarse en tu corazón. Esta es la historia de Kino y Baby. ▶ heterosexual. ▶ historia corta. ▶ lenguaje vulgar.