IV

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Se encontraba en su habitación relajado, por fin ese fin de semana lo tenía libre y solo para él, sin tener que estudiar para los exámenes, al menos por esa semana se habían acabado.

Suspiró con resignación, se estaba aburriendo y odiaba no tener a su amigo cerca en ese momento, pues este había salido en un viaje familiar.

Tomó el control remoto que estaba sobre su mesita de luz y prendió el parlante, la música que comenzó a sonar fue algo similar a las melodías de las canciones de ballet.

Necesitaba descansar, pero porque justamente en ese momento que si podía hacer aquello, su mente no dejaba de recordarle cosas.

Y no tenían nada que ver con la realidad, su mente estaba constantemente recordándole los sueños raros que empezó a tener desde los primeros meses de parciales.

¿Quién era ese chico?¿Por qué cada vez que soñaba algo él estaba presente?, esa pregunta era la que más le torturaba la mente al rubio.

Cerró sus ojos con frustración, la música estaba llevándolo nuevamente a los brazos del morfeo, y no se negaría, lo necesitaba.

Un leve movimiento de atrás hacía adelante era lo que sentía en ese momento. Se encontraba balanceándose en un columpio.

El movimiento suave, que ahora mantenía con la acción de sus pies, lo tenía aliviado. No se estaba balanceando de forma brusca, porque no lo quería así.

Sus manos prendidas por las cadenas que mantenían seguro el columpio y a él, se vieron cubiertas por unas manos ajenas blanquecinas.

No se asustó, él ya sabía de quien se trataba.

Observó como sus manos eran tomadas delicadamente por aquel chico desconocido.

–¿No te gustaría llegar hasta el cielo?– el rubio se tensó ante aquella pregunta, sin saber que responder.

–Y según tú, ¿Cómo podría lograr eso?– escuchó un carraspeo por parte del castaño, dándole a entender que tan seguro no estaba de sus palabras.

–¿Confias en mi?– y esa pregunta si que lo tomó por sorpresa, ¿Cómo podía confiar en alguien que siquiera había visto su rostro?.

Y lo más raro para él fue ese sentimiento de seguridad que le entregaba el castaño, porque sí, no lo conocía, siquiera sabía su nombre, pero le brindaba tanta confianza que lograba confundirlo.

–Y-yo... Sí, confió en ti– y aquella respuesta bastó para que el chico que se encontraba detrás suyo comenzara a empujarlo con mayor velocidad.

Sin ningún aviso alguno, el chico comenzó a empujarlo de aquella forma, que lo llevó a subir muy alto, y no sintió miedo, estaba completamente relajado en las manos del castaño.

El cuerpo ajeno dejó de empujarlo, y el rubio vió en el momento en que el otro chico se acomodó a un costado de él y se subió al columpio de su lado derecho.

Ambos chicos ahora llegaban hasta la misma altura, y TaeHyung intentó ver la cara de aquel chico, pero se lo dificultó porque en el momento en que él subía, el castaño bajaba.

–Podremos tocar el cielo juntos, solo deja de ser tan indeciso y decidete.– y aquellas palabras se repitieron insistentemente en su cabeza, provocando que se destabilizara del columpio, cayendo sobre la superficie dura lentamente, pero sin llegar a caer totalmente.

Agitó su cabeza en el momento en que despertó, su cabeza dio un fuerte dolor punzante, siendo lo suficientemente molesto para hacerlo gemir del dolor.

Se levantó de su cama y se dirigió a la cocina buscando algo que pudiera aliviar aquel dolor, no dormiría más por ese día, al menos no hasta que llegue la noche.

Ahh!, no me siento muy segura con este capitulo, pero quería que quedara así, si surge alguna duda me lo dicen :3.

(Editado: Increíblemente, este capítulo no hubo mayores correcciones, es un lindo fics, ahora ni siquiera tengo esos tipos de pensamientos ಥ‿ಥ)

Gracias por leer :3
Nos leemos pronto ^^
No olviden dejar su voto me hace de gran ayuda 💞

~Entre Sueños~ ✨TaeKook✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora