~Ellie Mitchell
Me desperté muy temprano y me tocaba ir a tomar mis clases a la universidad, pero de lo que me había enterado ayer por otras fuentes que no fue mi mejor amigo, me tenía muy inquieta y necesitaba saber ¿Por qué nunca me habia contado que tenía un hermano?
Hice todo muy deprisa por lo que me quedaba algún tiempo extra antes de entrar a clases. De modo que, tomé mis cosas y le avise a la Sra. Luceily - madre de Yashua y Richard, que iría a desayunar con ellos.
Hasta el momento mi día iba bien, pero no sabía que tanto cambiaría luego de esa conversación con mi mejor amigo.
—Hola Sra. Luceily ¿Cómo ha estado? —le saludé al ver su amable rostro recibiendome en la puerta.
—Tanto tiempo sin verte querida Ellie, cuéntame ¿Qué has estado haciendo que no venias a visitarnos? —sonrió regalándome un abrazo y un beso en el cachete.
—He estado muy ocupada, y quisiera disculparme por eso —suspiré—. No había podido hacer un hueco en mi agenda con tantas cosas, nunca pensé que ser asistente demandaría mucho de tiempo aparte de la universidad.
—Tranquila linda, no te preocupes —dijo a modo de comprensión—. Acompáñame en a la mesa, desayunaremos en el jardín.
—Se la ha lucido Sra. Luceily —no dudé en halagar la hermosa vista que contemplaban mis ojos.
—Te he dicho que solo me digas Luceily, ya sabes que eres como una hija para mí —Quiso regañarme por eso—. Toma asiento aquí, le avisaré a Yashua que estas aquí y que desayunaras con nosotros.
—De acuerdo, gracias Luceily —le regalé una sonrisa.
Al levantar la vista me encuentro con un rostro conocido. Ese cabello rojizo lo reconocería donde fuera. Estaba tomándose una limonada con suma delicadeza al junto de unas tostadas.
Casi me trago la lengua cuando sus ojos hicieron contacto con los míos esbozando esa sonrisa pícara que lo caracterizaba.
—Mamá ¿Quién es nuestra invitada? —cuestiona cómo si le sorprendiera mi presencia y no me conociera.
—Perdón, por poco y se me olvida que estás aquí cariño —Pausó—. Ellie, él es mi hijo mayor Richard Yashel, Yashel, ella es Ellie.
—Mucho gusto, Richard —dije un poco atónita por su cinismo.
—Es todo un placer, Ellie —sonrió llevando la limonada a sus labios.
—Los dejo, voy por Yashua. —Luceily salió del lugar y sentí como este me analizaba de arriba abajo sin disimular el descaro con el que lo hacía.
—¿Qué estás mirando? —quise saber, pero fue un error preguntarle.
—Pues, saber que se esconde bajo ese hermoso vestido floral —nada más escucharlo, tragué en seco.
—No te da vergüenza exhibir esos pensamientos impuros —dije un poco avergonzada.
—Tú que sabes de impuro, sino te han cogido en una iglesia —cada vez me dejaba sin palabras. No sabía que tenía la capacidad de ser tan perverso.
—Por Dios, ese lugar se respeta —volteé a otro lado para no mirar esa sonrisa sádica en sus labios porque sabía que me estaba poniendo incómoda.
—Mientras no sientas un deseo en tu interior como las llamas del infierno de ser poseída, no lo dirías —no pensaba callarse.
—No me interesa escuchar lo que dices —saque el celular de la cartera para revisar el correo.
—Cómo me encantaría deborar algo más que mi desayuno para saciarme por completo.
¿De qué hablaba?
—¿Podrías callarte? Estoy intentando leer algo —crucé las piernas apretandolas un poco.
—¿Estás incómoda? —pregunta arcando las cejas—. Solo imagina que...
Y antes de que pudiera culminar llegaron Yashua y Luceily. Como dicen por ahí, salvada por la campana. No creía que pudiese aguantarlo un segundo más.
—Yo me retiro, tengo turno en el hospital —limpió sus labios y antes de que desapareciera por completo un mensaje de un número desconocido llegó a mi celular.
Algo me decía que el mensaje era suyo.
💬Richard: Dime como quedaron tus bragas ¿Están mojadas? Porque me gustaría oler y probar del néctar que brota de tu piel.
Al leerlo tuve que tragar en seco y coger el agua deprisa porque me dio un poco de calor.
—¿Estás bien mi Ellie? —cuestiona Yashua observando me.
—Por supuesto, solo tragué un poco de saliva por el oficio que no iba —Con mi comentario rió tanto su madre como él.
—Pensaba que lo que leíste en el celular te dejo sin aliento —me conocía tan bien.
—No hay nadie especial que logré eso —dije probando la comida.
—¿Segura? —continuó queriendo indagar.
—Si hubiera alguien especial en la vida de Ellie, ya lo hubiésemos sabido, Yas —opina Luceily, y agradezco que interviniera porque sino Yashua no dejaría el tema por un largo rato.
—A mi gustaría saber algo —lo miro por rabillo del ojo.
—Adelante ¿Qué quieres saber? —me gustaba la idea de que su madre estuviera presente para que no tuviera ninguna escapatoria.
—¿Por qué nunca me dijiste que tienes un hermano? —solté sin más.
Trago lo que tenía en la boca de golpe y por poco se atora sino toma un poco de jugo.
—Es que no surgió el tema —Quiso excusarse.
—Tenemos más de 10 años de amistad y vienes a poner esa excusa tan barata —me molestó un poco su indiferencia con el tema.
—Yashua, no puedo creer lo que escucho —interviene su madre—. Es cierto que tu hermano Yashel tiene mucho tiempo viviendo fuera de la ciudad, pero no es una razón para ocultar que es parte de la familia.
—Estoy de acuerdo con usted, Luceily.
—Richard y yo tenemos nuestras diferencias —dijo encogiendose de hombros.
—Ese no es motivo para no contarme nada —suspiré—. Bueno se me hace tarde debo irme.
Me despedí de la Sra. Luceily mientras que a Yashua un hablamos luego de lejos. Aún así, me inquietaba que me ocultara cosas, pero no sabía los motivos y conversar sobre el tema me dejo mucho más dudas de porque casi no habla de su hermano mayor.
Trate de estar lo más tranquila que pude tanto en la universidad como el resto de la tarde en mi espacio laboral, pero no dejaba de rondar en mi cabeza una pregunta ¿Qué quería Richard de mí?
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Olvidar & Volver A Creer En El Amor《Richard Camacho》[Editando]✅
FanfictionEllie Mitchell es una joven y atractiva publicista de 24 años que vive en New York y desde siempre ha contado con su mejor amigo de toda la vida, Yashua Camacho. Sin embargo, por algunas implicaciones con su médico personal conoce al Doctor Richard...