~Ellie Mitchel l
Al abrir mis ojos miré la hora en mi celular pensaba que ya era hora de levantarme, pero aún faltaban algunas horas.
No iba quedarme solo en la cama esperando a dormirme otra vez, así que decidí ir al baño para lavarme la cara, pero habia una persona que se le habia ocurrido la misma idea que a mi y quise volver a la cama, pero ya me había visto.
No se veía muy bien, al parecer no había descansado nada aún.
—¿Todo bien? —decidí preguntar por si las moscas. Estaba acercándome a paso lento y este solo se habia concentrado en observar me como si no fuera real o se tratase de una bruma.
—¡Ya basta! —exclamó volviendo a pasar agua por su cara, no se que pensaba que iba a lograr con eso.
—Richard... —pronuncié su nombre por si no lograba escucharme.
—¿Acaso eres real? —me pregunta asqueado.
—Por el momento si —tuve miedo de seguir caminando hacia el lavabo por la manera en la que me estaba mirando.
—¿Y qué haces despierta? —siguió cuestionando con una expresión bastante seria.
—No podía dormir —dije un poco intimidada por su mirada fija en mi—. Y quise lavarme la cara para que no ardan tanto los ojos.
—En cambio yo estoy aquí gracias a ti —dijo dejando escapar un suspiro al decirlo.
—¿Qué hice ahora? —eso que dijo me confundió un poco.
—Te apareces hasta en mis sueños —balbuceo más para él que para mí, pero aun asi logré escuchar lo que tenía para decir—. Ahora tampoco me dejas dormir.
—¿Acaso es mi culpa eso? —le digo.
—Si, lo es —se pausa un momento y prosigue—. Porque te estás metiendo en mi cabeza.
—Lo siento, si eso te reconforta.
—No deberías dispulparte, seguro que estás orgullosa de ello —caminó algunos pasos hacia mí.
—No soy como tú —le hice saber—. Siento que no debería estar aquí.
—Te haces la interesante para que vaya tras de ti... —cuando dijo eso sostuvo mi mano.
—Sería incapaz de eso —no se que trataba de hacer, pero cada vez estaba más cerca.
—Porque creeme que está vez si lo haría —Continuó.
Esta vez me había dejado sin palabras como también pasmada.
—¿Y luego que planeas hacer? —quise indagar más, pero ya estaba demasiado cerca mientras jugaba con mis manos en las suyas.
—No lo sé... —suspiró—. Quizás tratar de poseerte.
—No deseo que alguien me posea como si fuera alguna propiedad —dije deteniendo el contacto que había. Me había molestado escuchar lo que pensaba.
—Algún día lo dirás que eres mía y estaré tan atento de escucharte.
—Solamente te diré que continúes tu búsqueda en otras porque no creo ceder a tus caprichos —retrocedí un poco con la intención de salir de allí.
—¿Y lo del closet qué? —enarcaba una ceja en el instante que lo dijo.
—No fue nada —dije bastante seria para que le quedara claro que solo fue parte del juego.
—Demuestrame que así fue —no se a que trataba de llegar con eso.
—Solo me iré —le aviso girando sobre mis pies, pero este fue muy veloz al intentar me detener.
Sentía que no me podía mover sin que su respiración no tocara mi piel, sus manos estaban sosteniendome de las caderas para que no huyera.
—Cuéntame ¿Qué se siente ser tan cobarde de lo que verdaderamente sientes? —sus labios al hablar acariciaban mi cuello.
—Para mi, no significas nada —mi respiración iniciaba a entrecortarse porque su cuerpo se sentía muy unido al mío, y ni hablar de la fricción era tanta que el aire no podía fluir en el mismo espacio que nosotros—. Solo déjame ir.
—¿Qué te hace pensar que dejare que te vayas? —dijo aferrándose más a mí que antes.
—¿Ahora vas hacerme tu prisionera? —me estaba resistiendo lo más que podía, pero si seguía tan cerca de mí era inevitable que no pudiera sentir.
—Vete... —dijo soltandome, pensaba que se había rendido—. Si es que puedes.
Esta vez me hizo girar teniendome de frente, sus ojos estaban retándome, pero era un poco alarmante que me dejara como lo hizo antes. No sabía lo que quería y anhelaba que al menos me diera una pista, pero siempre me confundía.
Miré sus labios y sin querer me estaban tentando a besarlos y sentir la fricción que me proporcionarian a cambio. Él me estaba mirando tan decidido a hacerlo y solo estaba imaginando el momento hasta que escuchamos pasos hacia con dirección al baño y nos alejamos demasiado rápido.
—No se que estab haciendo aquí, pero me estoy orinando —era Darlen quien traía una cara de que le urgía vaciar su vejiga.
Después de todo, que nos interrumpiera Darlen fue un alivio, porque si me hubiese permitido que que pase ya estuviera en modo arrepentido.
No sé si era la salvación o la perdición para dicha situación, porque con la mirada Richard evidenciaba que lo del closet no fue un juego y lo del baño ningún error.
Me provocó un poco de pavor, pero sonreí con su expresión porque solo algo ocurriría solo si lo permitía.
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Olvidar & Volver A Creer En El Amor《Richard Camacho》[Editando]✅
FanfictionEllie Mitchell es una joven y atractiva publicista de 24 años que vive en New York y desde siempre ha contado con su mejor amigo de toda la vida, Yashua Camacho. Sin embargo, por algunas implicaciones con su médico personal conoce al Doctor Richard...