Capítulo#40

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Podía sentir cada suspiro de su respiración erizando los bellos en mi cuello. El calor de su cuerpo a solo centímetros del mío para estar unidos, y era como la fuerza de un imán que por más que me esforazara, yo era el acero que este atraía como los polos opuestos.

Y muy cerca de mi oído argumento en su defensa.—Eso que dices está fuera de mi alcance... Y no puedo hacer nada para remediar lo que e hecho.

Sus manos lentamente pasaron a sujetar mi cintura dejando pequeñas descargas de electricidad en mi cuerpo y apegándome al suyo.

—Eres un maldito idiota –le insulté casi frustrada por lo que acababa de decir.—¿Quieres decir que no te importa?

—Nooo –negó al instante.—Me estás entendiendo mal...

No le dejé terminar para ponerlo claro de una buena vez.—Esto se acabó Richard.

Ese momento fue como si molestará al  mismo lucifer y me giró hacía él buscando mis labios. Depositando un beso voraz que incendió todo mi ser,  pero, pude controlarme y no dejé que hiciera lo que se le pegará la regalada gana conmigo y de un buen empujón le dí una fuerte cachetada que lleno con fuerte sonido el sonido que había en el baño y mis manos me comenzaron a picar.

La gota que derramó el vaso, porque me acorraló contra la pared dejándome completamente inmovilizada por la fuerza de su cuerpo.

—Escúchame bien –le grité casi sin poder respirar.—Tú no tienes respeto por ninguna mujer.

Era como si cada palabra que dijera lo provocará cada vez más.

—¿Y? ¿Por qué debería de hacerlo? –cuestionó con una mirada fría.

—No crees que yo me eh ganado un poquito del tuyo –suspire comenzando a agotar mi paciencia y amenazando con salir mi enojo.—Deberías por lo menos respetarme mientras esté contigo.

Richard cerró los ojos por un momento y después le pregunto.—¿Qué me garantiza eso?

—Descúbrelo tú solo –sugerí rodando los ojos. Ya estaba un poco cansada de lidiar con su arrogancia y mala vibra.

Aquí yo no era la única impulsiva. Richard me robó un beso que se llevó consigo todo mi aliento. Él me miraba con esos ojos abrillantados de un deseo sobrenatural que no podía controlar y me llevaban a la tentación.

Comenzaba a sobrepasar los límites y tuve que volver a la realidad.

—Richard... –balbuceé entre besos.

Él me escuchó, pero no quería parar.

—Ya he pasado mucho tiempo aquí... Y lo más seguro es que están preocupándose sin necesidad –exhorté dejando de besarlo.

—Me lo debes para otro momento –dijo mordiéndose los labios.—Y esto no acaba aquí.

—Con una condición –le advertí mirándolo a los ojos.

—Dimela –admitió sin soltarme.

—Que trates de no estar con más mujeres mientras estés conmigo –aclaré como una autómata sin pausar ni respirar.

—No lo sé –dijo dudoso al fin alejándose de mí.

—Solo quiero que lo pienses bien, si quieres seguir conmigo –argumente a la defensiva a mi favor.—Ya van dos –haciendole seña con los dedos.

—¿A qué te refieres? –preguntó desconcertado e irguíendo las cejas.

—Ya lo sabes –digo saliendo.

Olvidar & Volver A Creer En El Amor《Richard Camacho》[Editando]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora