Gran Salon

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Parecía que aun era de madrugada gracias a la noche eterna pero ya era de mañana, Abraham sentía que había dormido lo suficiente, se sentía raro por la ausencia de luz solar. Helena aun estaba dormida, con sus cabellos rojos tapando la mayoría de su rostro. El solo se levanto para darse una ducha, el baño era rústico, la mesa donde se sostenía el lavabo era de madera, como si partieran un tronco por la mitad, las paredes eran adoquines de piedra al igual que el piso. Comenzó a buscar el jabón hasta que lo encontró junto con las toallas en un baúl de madera, al salir el agua caliente hacia que el vapor empañara las paredes y el piso. Había un vitral, que representaba un amanecer, tambien estaba empañado. Si hubiera amanecer llenaría el baño de luz, por los vidrios de diferentes colores pero al ver mas haya del vitral y ver la oscuridad a Abraham le recordaba cuando se levantaba muy temprano para acudir a la escuela. Al cerrar la llave y envolver la toalla en su cintura se puso frente al espejo, paso su mano para quitar lo empañado y ver su reflejo con mayor claridad. Vio las manos marcadas de la sombra en sus brazos y se comenzó a plantear si era todo un sueño pero ese pensamiento no duraría nada. Se desvanecería en su mente o posiblemente lo volvería a pensar en algún momento del dia.Se vistió, se abrigo con una chamarra de cuero, un jorongo rojo con toques blancos con negro. Cerro la puerta lentamente para no despertar a Helena. Paso por el largo pasillo y bajar por las largas escaleras. Subió donde montaba guardia Argus, el llevaba una capa con capucha muy abrigadora.

-Es muy temprano para pasearse por los muros chico- decía Argus mientras soplaba aire caliente a sus manos.

La noche eterna era dura, comenzaban a caer lo primeros copos de nieve. Las antorchas alumbraban algunos arboles; de ahi en fuera mas al fondo había oscuridad absoluta. Se podían distinguir pares de ojos que se difuminaban cada ves mas en la penumbra. Abraham solo rio no dijo nada mas, se quedo contemplando una de las antorchas

Argus volteo a ver a Abraham y cruzo sus brazos.

-¿Como es la tierra?- Argus, tenia mucha curiosidad en su tono de voz.

El chico rio.

-Es mas pacifico que aquí pero tambien tiene sus guerras. La mayoría esta dominada por la tecnología, por las noches las estructuras de la ciudad alumbran; en un conjunto de luces que son agradables a la vista.

- Es uno de mis sueños mas grandes, ir a la tierra. Gabriel dice que seria difícil pasar desapercibido. Es un problema por mi tamaño.

Abraham se quedo pensativo. Descansaba sus manos en los bolsillos. En la profundidad del bosque había una luz, una silueta que se acercaba cada ves mas a los muros, se desvanecía dando el paso a un jinete encapuchado que galopaba a toda velocidad. Argus se apresuro a jalar la palanca para abrir las puertas. El jinete entro, rápidamente bajo de su caballo y saco su arco. Jalo la cuerda que al mismo tiempo una flecha luminosa morada se formaba en la misma. Abraham vio hacia donde apuntaba el jinete pero no había nada o eso creía, unos segundos después se escuchaban múltiples aleteos que se acercaban cada ves mas. Argus esperaba que la flecha fuera disparada para cerrar las puertas. Los aleteos eran producidos por un grupo de estirges, la flecha fue disparada; al momento que tuvo contacto con la estirge mas cercana no solo afecto a esta si no a todas las demás, dejándolas paralizadas. Una tras la otra se estampaban en la nieve.

Las puertas se cerraron, la poca luz de las antorchas solo dejaban ver la barbilla y labios; a simple vista eran femeninos. Se quito la capucha, era una joven de cabellera castaña, quebrada y ojos blancos. Abraham la reconoció, era la misma joven que estaba en sus sueños. Portaba la misma capucha con el guiverno. Cruzaron miradas, Argus estaba a punto de presentarlos pero ella lo interrumpió.

-No es la primera ves que nos vemos, llegaste mas pronto de lo que esperaba Receptorem- Decía la joven mientras guardaba su arco.

Abraham no supo que decir, no pregunto sobre la palabra que desconocía. Le sonaba a latín.

Legion de Guivernos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora