Donde escribo historias terribles y tú los lees porque amas a Cody Fern, Jim Mason Michael Langdon y Duncan Shepherd.
Prohibida la copia o adaptación.
Si lo haces, lo sabré y no te va a gustar lo que sucederá.
Langdonftme, actualmente codfxrn
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Este realmente no es un pedido, solo una pequeña historia que me llegó a la mente mientras miraba la película, aún no he terminado de mirarla, por cuestiones de la universidad. Sad. #NOSPOILERS
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Mudarnos a Palos Verdes parecía una gran oportunidad para empezar de nuevo, o al menos mi padre creía eso mientras que mi madre intentaría complacerlo en todo.
La familia estaba en constante tensión, por mi, por cada cosa relacionada a mi. Medina casi ya no me habla, papá suele hacer como que no existo mientras que mamá hacía como si nada hubiera pasado y luego estaba t/n, siempre con la mirada en el piso, encerrandose en su habitación y saliendo a comer una o dos veces al día, todo por mi culpa.
Si tan solo no hubiera hecho aquello, probablemente seguiríamos viviendo donde antes, estando con Medina y t/n en una misma habitación y no estaría en este infierno que, yo mismo cree.
- Jim - la cabeza de t/n se asomó por la puerta, ni pude evitar sonreír mientras le indicaba que entrara - ¿Crees que me veo bien, así? - preguntó mostrándome un vestido algo corto, ceñido a su cuerpo, no pude evitar sentir una opresión en mi pecho.
- Te ves... - no tenía palabras para expresar lo que sentía - bien - aseguré sonriendo, sin dejar de mirar sus ojos. Ella sonrió levemente mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja.
Tan solo era un año menor que yo, no pude dejar de sentir repulsión por todo mi cuerpo al verla sonreír tan alegre, me sentía sucio y podrido.
- ¿No quieres venir? - preguntó caminando hacia la puerta.
- Estoy bien, gracias - negué mientras ella asentía y desaparecía de mi vista.
Pero mi estupidez fue más grande.
- ¡Jim! - entró a mi habitación mientras me ponía una camiseta y andaba en boxer - Lo lamento, debí golpear - habló apenada mientras cubría sus ojos con sus manos.
- Está bien, no te preocupes - sonreí, viendo sus mejillas tornarse rojas - Ven - palmeé la cama, ella gustosa se sentó.
Podía ver la tristeza en sus ojos, la conocía tan bien, casi como la palma de mi mano.
- ¿Qué sucede? - pregunté acariciando su mejilla mientras ella cerraba los ojos al contacto.
- ¿Alguna vez te has enamorado? - su pregunta me tomó por sorpresa haciéndome fruncir el ceño - ¿tanto que te duele verlo feliz con otra persona? - una punzada apareció en mi pecho mientras sus ojos parecían estudiar cada una de mis reacciones.
