Donde escribo historias terribles y tú los lees porque amas a Cody Fern, Jim Mason Michael Langdon y Duncan Shepherd.
Prohibida la copia o adaptación.
Si lo haces, lo sabré y no te va a gustar lo que sucederá.
Langdonftme, actualmente codfxrn
No sabía si la decisión que había tomado era buena o la mejor, lo único de lo que estaba segura, era que Michael merecía algo mejor.
Su sonrisa iluminaba toda la habitación, verlo reír parecía un privilegio, en especial cuando había sido tan duro y frío consigo mismo. Verlo tan feliz provocaba que yo también lo hiciera.
Caminé hasta él, quién platicaba animadamente con Zoe y Queenie, Madison parecía tan fastidiada por la conversación que se alejo de ellos antes de acercarme.
Verlo con aquel espíritu tan navideño me hacía rebosar de amor, luego recordaba que no llevó una vida normal como cualquier niño.
Mis manos se atrevieron a envolver su cintura, sintiendo como se contraía al sentir mis manos alrededor. De inmediato se detuvo, regalandome una sonrisa, sus manos se envolvieron en mi cintura mientras continuaba conversando con ambas chicas y yo me limitaba a escuchar.
Era realmente lindo verlo emocionado por pasar su primera navidad, sin un gran peso cayendo en sus hombros, a punto de desmoronarlo, ni un propósito que cumplir, simplemente era Michael, intentando llevar una vida normal y yo me encargaría de que así sea.
Cordelia invitó a todos a la cena, Michael se sentó a mi lado, sin soltar mi mano, ante aquel acto, sonreí mientras besaba delicadamente su mejilla y lo miraba sonrojarse.
La cena transcurrió más rápido de lo normal, todos se encontraban en la sala, conversando o mirando el fuego consumir la leña, ambos optamos por salir, sentíamos el aire helado chocar contra nuestras narices, poniéndolas levemente rojizas.
- ¿Qué sucede? - pregunté al verlo tan callado.
- A veces me preguntó cómo sería sí todo fuera diferente, sí mis padres realmente me hubieran querido y mi abuela no me hubiera abandonado.
Su vista se concentró en la nieve que caía tan lento hasta cubrir el césped.
- No puedes vivir siempre atormentado - murmuré acariciando su cabello --Tal vez hubiera sido distinto, tal vez no. Lo único que importa es que estás aquí, con nosotras, conmigo - susurré mientras sus ojos azules miraban los míos.
- ¿Por qué tengo tanta suerte de tenerte? - preguntó tocando mi mejilla.
- Porque dentro de toda esa oscuridad, había un poco de luz queriendo salir.
- Realmente eres mi ángel - sonreí ante ello - No quisiera otra vida donde tú no estuvieras - sonreí acariciando su cabello.
- No habría problema con ello - Michael frunció el ceño - porque donde quiera que estés o vayas, siempre habrá una forma de encontrarte - tomó mis manos, sintiendo cuán frías se encontraban, los llevó a su boca, soplando un poco de aire caliente para luego dejar un pequeño beso en ellos.
Había renunciado a cada cosa con tal de verlo feliz, con lo divino, la gloria y la vida eterna, porque desde que lo miré aquel día, llorando por la muerte de su abuela, sabía que había algo bueno en él.
Porque Dios pedía la salvación y los ángeles intervinieron en ello, pero lo que Dios realmente quería era dar felicidad al que no lo tenía.
- Podrías estar con un chico mejor que yo - de nuevo las inseguridades y el miedo lo atacaban, todo obra de su padre.
- No necesito a otro y no lo querría, te tengo a ti y con eso me basta y sobra - una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras besaba delicadamente sus labios.
- ¿Estamos haciendo las cosas bien?- preguntó haciéndome fruncir el ceño. Elevó su vista hacia el techo, reí mientras rodaba los ojos al ver un muérdago colgado en la parte más alta.
- Feliz navidad, Michael - susurré abrazando al chico y respirando su aroma.
- Feliz navidad a ti, t/n - murmuró antes de separarse y besar mis labios una vez más.
" Un ángel no puede enamorarse de un humano "
La regla básica y primordial de Dios.
Pero para mi suerte, él no lo era del todo y yo, ya no era un ángel.
