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____ se quedo helada. Otra vez no...

—¿Tú otra vez? ¿No te cansas de seguirme? -Pregunto con un leve temblor en la voz. Se detuvo bajo un farol y miro para todos lados, asegurándose de que Erick no la estuviera observando, como la última vez.

—No, es divertido, ¿Es que acaso tú no lo disfrutas tanto como yo?

—No, basta Erick, por favor. Basta de acosarme -le dijo, aunque sabia de que sus suplicas no servirían para nada.

—Sabes.... -dijo ignorando su comentario- Me gusta tu nueva casa. Y tu habitación junto con tu cama, mmh.... -gimió.- Perfecta para hacer el amor.

__ abrió los ojos como platos. Sujetó al cachorro en sus brazos con fuerza, y sintió como la mano con que tomaba el celular le comenzaba a temblar.

—Es imposible, yo...yo...

—¿Colocaste la alarma a tu casa? Oh, __... se nota que no me conoces bien. Yo lo sé todo...

—¿Cómo supiste la clave? -el perrito dio un pequeño quejido y se removió en sus brazos, intranquilo. Al parecer, no era la única quien estaba nerviosa. En un intento por tranquilizarlo, __ lo acarició.

—Ya te lo dije, yo lo sé todo -repitió. __ escuchó del otro lado de la línea telefónica el ruido de unos cajones abrir y cerrar- Pero que tenemos aquí... un bonito conjunto de lencería blanca -gruñó- Ya quiero vértelo puesto para luego arrancártelo y hundirme en tu pequeño cuerpo...

El rostro de __ palideció. Envuelta por el miedo, empezó a gritar lo primero que se le ocurrió.

—¡Sal de mi casa! ¡No te quiero ver! ¿Entiendes? jamás, y escúchame bien... jamás me podrás tener -y colgó.

Los ojos de __ se cristalizaron, pestañó y una lágrima cayó de sus ojos, así mismo como varias fueron cayendo después. Siempre se describía ha sí misma como una mujer fuerte, pero con Erick... siempre había sido débil. Buscando el consuelo de alguien, __ abrazo al cachorro y para su sorpresa, él empezó a llorar con ella.

—Tu también tienes miedo, ¿Verdad? -empezó a hablarle, entremedio de sollozos- Tenemos que llamar a Frank...

—¿Alo? -contestó él, en cuanto __ lo marcó.

—Frank.... -susurró, ahogada por las lagrimas- Es Erick... esta en mi casa. Tengo miedo de ir allá.

—Oh, mierda -masculló- Lo lamento, oh __... de veras lo siento. No debí dejarte sola. ¿Dónde estas?

—A una cuadra de la tienda de mascotas.

—No te muevas de ahí -y tan rápido como habló, colgó.

Diez minutos más tarde, __ se encontraba en el auto de Frank mientras este corría por la carretera. Al llegar a la casa Frank bajo primero, mientras que __ lo seguía por detrás.

—No te separes de mí -dijo él.

Entraron a la casa y Frank reviso cada una de las habitaciones, asegurándose de que estuvieran solos. Subieron al segundo piso y todo estaba en su lugar. Erick se había ido. Entraron a la habitación de __, todo estaba en orden al igual que el resto de la casa, salvo por una cosa...

__ se acerco a la cama y dejo al cachorro a un lado. Ignoró la rosa rojo carmesí que estaba encima y tomo la carta que se encontraba junto a esta.

"He notado últimamente que tienes miedo __, esta bien, puedo comprenderlo... te daré unos cuantos días mas para que te puedas acostumbrar a la idea de que te voy a violar. Oh, suena tan excitante así. Estate atenta nena, porque estoy mas cerca de lo que tu crees...

El fenómeno".

__ arrugó el papel con sus manos y lo tiró con fuerza hacia la pared.

—Idiota -musitó molesta la castaña.

ACOSADA -Erick Brian Colón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora