__ bajó a Nico de sus piernas y salió de la habitación. Al bajar las escaleras, se encontró con Erick quien caminaba de un lado para otro buscando algo, tal vez.
—¿Buscas algo? -Preguntó ella.
—Si -Dijo ahora buscando de bajo del sillón.- ¿Has visto mi pelota de béisbol? -Preguntó sin voltear a verla.
Ella cerró y abrió los ojos lentamente mientras maldijo por lo bajo; Nico.
—¿Te refieres a una pelota blanca lo suficientemente atractiva para un cachorro? -Pregunto ingenua y soltó una risita nerviosa.
Erick se detuvo al seco y lentamente, se giró. Apretó los puños y a paso pesado se le acercó. __ tuvo el instinto de salir corriendo, pero no lo hizo. Alzó la barbilla y lo vio a los ojos temerosa, mientras que Erick la miraba serio, sin ninguna pizca de gracia.
—Exactamente de esa pelota es de la que estoy hablando, ¿Y bien? ¿Dónde esta?
—Eh... yo, pues... -Tragó saliva.- La encontré y se la pase a Nico para que jugara... pero juro no volver a hacerlo -Dijo rápido cuando vio a Erick apretar la mandíbula, obviamente enfadado.
—No toques mis cosas. Si quieres que tu perro juegue con algo, dime y te lo comprare -Le dijo con suavidad, pero a la misma vez firme.
Ella solo asintió. Observó detrás del hombro de Erick a Nico bajar las escaleras con su típico trote mientras sostenía la pelota de béisbol de Erick en su boca. Paso por al lado de él, y se detuvo al frente de __ donde se sentó y soltó la pelota, dándole a entender que quería salir a jugar.
—Mi pelota de béisbol.... -Musitó Erick se agachó para recogerla. La pelota estaba mordisqueada, maltratada y húmeda por la saliva de Nico.
—Lo siento -Murmuro ella.- Nico también lo siente, ¿Verdad? -Miró a su perrito quien, no le importaba en lo mas mínimo.
—Da igual. Tómala si quieres, ya no me sirve -Le entregó la pelota con un gruñido ahogado.
—No volverá a suceder.... -Le prometió.- Oh, y por cierto, gracias por la ropa. Me ha encantado.
Erick sonrió. La miró de pies a cabeza, y al instante se le paso la rabia. La ropa le quedaba de lujo, más de lo que pudo haberla imaginado en su mente cuando la compró.
—¿Y el conjunto? ¿Te gustó?
Ella se sonrojo.
—Está bonito -Dijo esquivando su mirada.- ¿Me dejas salir al jardín a jugar un rato con Nico? -Preguntó cambiando bruscamente de tema.
Erick asintió y sin quitarle los ojos de encima, vio a __ girarse y caminar junto con Nico hacia el jardín. Erick centró sus ojos en su trasero. Madre mía, pero que buena estaba... el sensual contoneo que hacia con sus caderas al caminar, podría ser el movimiento mas erótico que haya visto jamás. Y aquel pantalón, le quedaba de maravilla, pronunciando su lindo trasero, paradito, tal cual como a él le gusta.
Solo cuando __ salio al jardín, Erick se movió y recordó, demasiado tarde, que debió haberse comprado unos pantalones anchos. Caminó y subió las escaleras para encerrarse en su cuarto. Encendió la televisión, para tratar de distraerse un poco, pero sus pensamientos solamente estaban concentrados en la atractiva mujer que se encontraba afuera en su jardín.
Se levantó y observó desde su ventana hacia el jardín, en donde podía ver a __ jugando con Nico. Ella lanzaba la pelota de béisbol a lo lejos, mientras que su perrito corría en busca de aquella para luego volver y entregársela. __ la tiró nuevamente, y al hacerlo su camisa se levantó, mostrando así una linda vista de su vientre plano. Dios, aquella mujer era sexy en todas las palabras.
Erick se relamió los labios cuando __ corrió en busca de la pelota que Nico, accidentalmente, no la logró encontrar. Y le agradeció, al ver el movimiento que hacían sus pechos al subir y bajar mientras corría.
Le dolían los labios por el deseo de besarla y las manos por la necesidad de acariciar su cuerpo, como en tantas noches había fantaseado. Pero tenia que esperar si quería que todo resultara como el quería... y así una vez por todas, lograr reclamarla como suya en cuerpo, corazón y alma.
Aunque le resultaba difícil el poder esperar teniendo a tan estupenda mujer metida en su casa.
ESTÁS LEYENDO
ACOSADA -Erick Brian Colón.
Fanfic"Te estaré vigilando..." __ Pearce no puede olvidar las últimas palabras de Erick Colón, el chico al que una vez consideró tímido y conservador, y ahora lo describe como impulsivo y agresivo. Hacia meses que recibe cartas y llamadas anónimas de algu...