ACOSADA -Erick Brian Colón.

10

__ negó con la cabeza.

— No haré el amor contigo -Le aseguró.

— Llámalo como quieras; follar, coger, sexo... es lo mismo. Al fin y al cabo terminaras acostándote conmigo si o si.

Ella apretó los labios, aguantándose las inmensas ganas de querer echarse a llorar y desvío su mirada hacia la ventana.

— ¿Por qué haces esto? -Preguntó ella sin despegar su mirada de la ventana.- ¿Qué es lo que te hice, Erick?

Erick sintió un dolor desgarrador en el corazón, como si se lo atravesaran con un cuchillo.

—Me dejaste solo... te fuiste sin siquiera despedirte -Le dijo y __ pudo notar el sufrimiento en su voz.

—. Sabes que no fue así -Negó.- Fuiste tu quien no quiso saber nada más de mi -Se volteó para mirarlo a los ojos, ahora cristalizados, húmedos por las lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

— Da igual, ya no importa -Dijo Erick, aunque __ sabia que en el fondo de su corazón si le importaba, y demasiado. Se giró y camino unos cuantos pasos, pero antes de irse, agregó.- Ya no estoy enamorado de ti, __

Y ella ya no aguanto. En cuanto él se fue, __ se tiró a la cama y se desahogó llorando, fuerte. Era demasiado el sufrimiento por el que estaba pasando, que ya no podía más, ¿Dónde quedo el Erick tierno y tímido al que una vez ella amo?

Se ha ido...

Ahora, lo único que le quedaba era rogar por qué Frank la estuviera buscando en ese momento. Nada mas quería su vida de antes, ¿Acaso eso era mucho pedir? Al parecer si.

"Debí haberme quedado en casa junto con Nico", se repetía una y otra vez.

Y de repente, __ se preocupó. Nico. ¿Qué habrá hecho Erick con él? Rezó por que estuviera bien. Se levantó de la cama y miró a su alrededor, buscando alguna salida. Llorar no le iba a servir de nada si quería huir de ahí.

Se dio cuenta de que Erick le había quitado el celular de su pantalón, le había colocado seguro a la puerta y ella era lo demasiado cobarde como para saltar desde la ventana. Rendida, __ se sentó en la cama y cogió un libro que encontró por ahí.

Mientras que __ leía, pasaban las horas y el cielo se torno en un color anaranjado precioso. Atardecía, y ella estaba tan concentrada leyendo que no se dio cuenta cuando Erick entro a la habitación.

— Voy a salir, te dejé comida abajo por si tienes hambre -Dijo simplemente y se volteo para caminar.- Y no intentes escapar de aquí, no lo lograras -Aclaró.

— Espera -Lo llamó antes de que se fuera.

Erick se detuvo en seco, pero no se giró. No quería verla a los ojos. La había escuchado llorar, y eso lo hirió más de lo que pensó.

— ¿Qué?

— ¿Qué hiciste con Nico?

—Tranquila -Dijo.- A tú perro no le hice nada. La verdad es que no sé donde esta, la ultima vez que lo vi estaba en el parque. A la que quería era a ti, no a él -Dijo y se alejó.

__ suspiro de alivio cuando escuchó la puerta principal del primer piso cerrarse. Al menos hoy no la tocaría más... por ahora.