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—Te traje ropa -Extendió el brazo y se lo entregó.- Tómalo como un regalo.

Frunciendo el ceño, __ cogió las bolsas.

—¿Cómo estás tan seguro de cual es mi talla?

Erick cruzó los brazos sobre su pecho, mientras la miraba desafiante.

—Eres de talla mediana. Prefieres usar pantalones antes que un vestido, de preferencia que sean ajustados. Te encanta usar los zapatos con tacones, aunque a veces prefieres usar unos cómodos converse. Tienes una ligera obsesión por los anillos, y te gusta coleccionarlos cada vez que vas de viaje.

__ entreabrió la boca. Era demasiada la información que sabía él de ella.

—¿Cómo sabes todo eso?

—De algo me han servido las noches que me he quedado afuera de tu casa, observándote desde la ventana mientras te cambiabas de ropa, nena.

__ no se sorprendió. Viniendo de parte de él, todo era posible. Ahora entendía la razón por la cual en las noches se sentía observada desde su habitación.

—¿Dónde conseguiste la ropa?

—La compré. Pensé en pasar por tu casa a sacarte un poco de ropa, pero estaba repleto de policías -Dijo simplemente.

Los ojos de __ se iluminaron con un brillo de esperanza, que Erick notó. Eso significaba que la estaban buscando.

—¿De verdad?

—Si, ahora ve y pruébate la ropa que te compré y dime si te gustó.

__ obedeció y se giró para subir las escaleras, mientras sostenía a Nico de un brazo y las bolsas del otro. Dejó al perrito encima de la cama y las bolsas a un lado. Buscando una posición cómoda para acostarse, Nico caminó en círculos sobre la cama y se acostó. Después de una ducha rápida, __ volvió hacia su habitación envuelta en una toalla y vació el contenido de las bolsas sobre la cama, encontrándose con unos cuantos pantalones, camisas y zapatillas. Había ropa suficiente como para estar ahí más de un mes. Y como si fuera poco, __ se fijó en las cajas de Victoria Secrets que habían quedado al interior de las bolsas y su boca se abrió al encontrarse con un conjunto negro de lencería atrevida. Erick le había comprado unas cuantas braguitas y sostenes más, pero nada era comparado como aquel conjunto. Como jamás había tenido un conjunto de ese tipo, le llevo unos minutos saber como se abrochaba.

—Mmh... ¿Qué te parece, Nico? -Le pregunto ella, mirándose al espejo de cuerpo completo. El perrito solo se limitaba a observarla, aun acostado sobre la cama mientras se divertía mordiendo una pelota de béisbol que __ le paso al encontrarla por ahí.

Resultaba muy erótico saber de que Erick deslizó sus manos sobre la tela de la tanga que ahora descansaba íntimamente en su entre pierna, al igual con el sostén que ahora cubrían sus pechos. Cada vez que pensaba en eso, un escalofrío le recorría por la espalda y era imposible evitar que sus pezones se endurecieran ante el pensamiento. Se miró ahora de perfil en el espejo. Se sentía increíblemente femenina con ese conjunto puesto, que le queda a la perfección.

—Bueno, veamos que tenemos por aquí -Cogió unos pantalones color azul marino y se los colocó.

El pantalón se adaptó perfectamente a sus piernas, ajustados, tal cual como a ella les gusta haciendo que pareciera tener unas caderas mas anchas y el trasero mas grande y redondo. Terminó de vestirse colocándose una polera de cuello "V" y sus infaltables converse. Como si estuviera en una pasarela, __ empezó a probar diferentes poses frente al espejo.

—¿Cómo me veo? -Pregunto ella girándose para ver a Nico.- ¿Te gusta?

El perrito ladeó la cabeza y como si le entendiera, ladró en signo de aprobación. __ sonrío y se sentó en la cama a su lado, lo tomo y lo acostó sobre sus piernas. Mientras acariciaba a Nico, miró hacia el exterior por la ventana y pensó lo maravilloso que sería poder salir y lucir su nueva ropa por las calles de la ciudad. Aunque en el fondo, sabía que eso seria imposible y la única persona que la podría ver así seria Erick.

ACOSADA -Erick Brian Colón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora