ACOSADA -Erick Brian Colón.

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__ escuchó como la ventana se abría y alguien entraba a su habitación. Podía sentir su mirada sobre ella, ardiente. Rápidamente, __ giró sobre el colchón y estiró el brazo para encender la lámpara del velador, encontrándose con el cuerpo de Erick al frente de la cama. Él la miraba fijamente, inmóvil. Ella sonrió.

- Sabía que eras tú -Susurró.

- Vine a buscar lo que es mío.

__ apartó las sabanas y se levantó para lanzarse a sus brazos. Erick la abrazó y cerró los ojos al sentir el suave contacto de sus pechos aplastarse con su torso. Era una sensación tan agradable que hacia que volviera a sentir ese familiar cosquilleo en su estómago.

Separándola un poco de él, Erick la tomó de las mejillas y la besó. Su corazón martilló al sentir la calidez de su lengua tocar con la suya. Extrañaba tanto el sabor de su boca... sus besos. Mientras la besaba, Erick deslizó sus manos por su espalda hasta dejarlas sobre su trasero. Apretó. Ella gimió sobre sus labios.

- Te haría el amor ahora mismo -Murmuró Erick.

- Oh Erick. Te extrañé muchísimo.

- Y yo a ti -Besó rápidamente sus labios.- Te necesité tanto...

- Pensé que ya te habías olvidado de mí.

- ¿De ti? Jamás. Lamento si tardé demasiado en buscarte, es que tenía que asegurarme primero de que nadie me descubriera viniendo hacia ti.

- Retiré los cargos contra ti.

Erick la miró conmocionado.

- ¿Qué hiciste que?

- Eso, no quería que siguieran buscándote -Dijo encogiéndose de hombros.

- __ ... -La tomó de las manos, su voz temblorosa.- Vente conmigo, por favor. Y te prometo que te haré feliz -Le suplicó.

- Si -Sonrió, eso era exactamente lo que quería. Sus ojos brillaron.- Mientras esté contigo, siempre seré feliz.

Erick sonrió y la volvió a besar. Luego se alejó y la miró a los ojos como si tuviera al frente lo que más amaba en la vida.

- Te amo.

El corazón de __ lloraba de alegría al oír esas palabras que tanto anhelaba algún día escuchar.

- Y yo a ti.

- Dímelo.

- Te amo.

Sus labios se volvieron a juntar. __ soltó una carcajada cuando Erick volvió a apretar su trasero, acercándola a su dura erección.

- Basta Erick -Se río.

- Es que me pones tanto cariño.

Cuando al fin él la soltó, __ se vistió mientras que Erick tomaba un montón de su ropa del closet y lo echaba en un bolso. Cruzó el bolso sobre su pecho y se giró para verla.

- ¿Nos vamos?

- Espera -Dijo de repente acordándose de algo.- Voy y vuelvo -Se giró para salir de la habitación.

Erick esperó y a los tres minutos después, __ llegó con Nico en sus brazos. El cachorro ladró y movió su cola en el instante que lo vio, emocionado, para luego bajar de los brazos de su dueña y empezar a saltar alrededor de él. Erick se quejó.

- ¿Lo vas a llevar?

- Claro que si. Aunque no lo creas, él también te ha extrañado. Tan solo míralo, está feliz de volver a verte.

Erick bajó la mirada, encontrándose con los ojos de Nico que por primera vez, lo miraban con ternura.

- Bueno, creo que igual he extrañado pelear con él -Admitió.

__ sonrió y le besó la comisura de los labios. Erick la rodeó de la cintura.

- ¿A dónde me llevaras? -Preguntó ella.

- Alaska -Murmuró acariciándole la cintura.- ¿Te ibas a mudar de ciudad? -Preguntó mirando las cajas de mudanza que __ había preparado el día anterior.

- Si, mamá y papá querían que volviera a vivir en su misma ciudad.

- Entonces, creo que llegué justo a tiempo -Dijo de repente tensándose ante la simple idea de perderla otra vez.

__ asintió y se le pasó por la mente la idea de llamar a sus padres para avisarle que no se mudaría con ellos. Pero luego eliminó esa idea de su mente. Mañana los llamaría y se los explicaría con más calma, ahora solamente le importaba el hecho de estar junto a Erick.

- ¿Me prometes que nunca me dejaras ir? -Preguntó __.

- Te lo prometo. Porque tú, __ Pearce me perteneces completamente, en especialmente esta boquita -Dijo, acariciando su labio inferior con el pulgar.

- Y tú me perteneces a mi, Erick Brian Colon.

Erick la tomó del mentón y la acercó peligrosamente a sus labios.

- Toda mía -Susurró y la beso.