La clase de hoy de Estudios Muggles está siendo realmente interesante. Estamos hablando de Frida Kahlo: una famosa pintora mexicana que tuvo una vida claramente marcada por el dolor, tanto físico como psíquico, pero aun así fue capaz de crear grandes obras de arte y de pronunciar frases célebres.
Justamente estoy comentando esto con Jacob cuando él me corta acariciando mi mano con la suya y empieza a hablar:
—Por lo que sé, no tienes pareja para el baile de Navidad, así que me gustaría invitarte. Sé que me rompí la pierna y algunas costillas hace un par de días durante un entrenamiento de quidditch pero, según Pomfrey, estoy en plena forma para bailar.
—Jacob, yo... No sabía que habías tenido un accidente, espero que estés mejor —le respondo y él me mira de forma extraña y me asegura que en el momento fue muy doloroso pero que ahora ya está bien—. Con relación a lo del baile, me lo tendré que pensar, pues no sé si iré. Ya sabes que con lo de Brandon podría ser un poco complicado.
Estoy mintiendo pero no tengo otra escapatoria, no le puedo contar nada sobre Draco.
Él pone los ojos en blanco durante un instante y eso hace que me ponga de mal humor, por lo que aparto la mano rápidamente.
—Vamos, ____, olvídate de él —me dice con tono de reproche—. Ven conmigo, seguro que nos lo pasaremos bien.
Su tono de voz me molesta ligeramente pero sé que tiene razón, si hay alguien con quien me lo pase bien y nadie nos mire raro, ese es Jacob. Le repito que me lo pensaré y me voy de la clase antes de que él pueda recriminarme nada.
Ahora me toca clase de Defensa Contra las Artes Oscuras con los de Gryffindor. Subo hasta el tercer piso y allí me encuentro con todos mis compañeros; me siento en una mesa junto a Luna, Cho y el trío de oro, como siempre.
—____, te veo pensativa —dice Luna con su habitual voz soñadora cuando llevamos media hora de clase—. ¿Quién mantiene ocupados tus pensamientos?
—Nadie, Luna, nadie —le respondo ciertamente insegura.
Ella no me cree y vuelve a preguntarme lo mismo, Harry nos oye y también se interesa por la conversación. Al cabo de poco, Ron, Hermione y Cho también se ven inmersos en lo que parece ser la investigación de algo que les oculto.
Finalmente, me veo obligada a contarles todo lo que me pasa. Necesito desahogarme con alguien y nadie mejor que mis amigos.
Cuando acabo mi relato, en la mesa se han formado dos grupos: uno compuesto por Harry y Ron y el otro por Hermione, Luna y Cho. El primero me aconseja que vaya con Jacob al baile y que Draco no me aportará nada bueno y el segundo me empuja a que siga mi corazón sin tener en cuenta los demás.
—Harry, Ron, dejad aparcado por un momento vuestro odio por Draco y hablad desde la objetividad —les pido desesperadamente.
—¿Cómo quieres que lo deje de lado, mujer? —me pregunta Harry con cierta rabia y con un tono de voz demasiado alto.
Yo le ruego que hable más flojo y que se tome las cosas con calma, pero parece que el profesor Diggle me ha visto hablando y cree que he sido yo quien ha levantado la voz, pues me dirige una mirada llena de severidad.
—Señorita Bennett, como veo que habla, supongo que será capaz conjurar un patronus corpóreo con total tranquilidad, ¿verdad? —dice Diggle y de mi boca sale un leve susurro que no sabe interpretar—. Salga aquí delante de todos y haga el hechizo, por favor.
Yo miro a Harry tan mal como puedo y él me susurra una disculpa llena de culpabilidad.
Me pongo en frente de toda la clase y noto como mis manos tiemblan ante tantas miradas pendientes de mí. Levanto la varita e intento pensar en un momento feliz, en mi mente aparece el recuerdo de cuando ganamos el último partido de quidditch. Pronuncio las palabras mágicas y de mi varita sale una leve luz plateada que forma una nube poco definida.
El profesor me da una segunda oportunidad y esta vez intento concentrarme más. Draco se cruza entre mis pensamientos y sonrío ante el recuerdo de nosotros dos en la Sala de Menesteres. Intento centrarme en eso y grito con fuerza:
—¡Expecto patronum!
Un imponente dragón emerge de mi varita y surca la clase dejando a todos embobados, profesor incluido. Emite una nítida luz plateada y tiene el lomo recubierto de escamas y espinas. Su estilo de vuelo me recuerda vagamente al caminar de Draco, lleno de seguridad y elegancia.
—En realidad, tienes las cosas muy claras, ____ —dice Hermione con una sonrisa satisfecha.
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Miradas [Draco Malfoy]
FanfictionElla es una chica Ravenclaw muy dañada por el amor. Él es un chico Slytherin que nunca se ha enamorado. Llevan siete cursos juntos pero ni siquiera se han mirado, hasta esa noche, esa maldita noche.