Los primeros rayos de sol se cuelan por la ventana de mi habitación. Abro los ojos sin muchas ganas, pues me gustaría quedarme durmiendo hasta mucho más tarde, ayer fue un día muy ajetreado y no dormí hasta bien entrada la madrugada.
—¡Buenos días, ____! —dice Luna con su habitual alegría— ¿Preparada para ir a clase de botánica?
—Buenos días —digo con la voz un poco ronca—. Solo me levanto de la cama porque me muero de ganas de ver a Brandon.
El mero hecho de decir el nombre de mi novio hace que de mi boca surja una sonrisa.
Después de sacarle casi a la fuerza las sábanas azules de Ravenclaw a Cho, mi otra compañera de habitación, voy al baño para asearme y cambiarme. Me miro en el espejo y no puedo evitar que los recuerdos de ayer me invadan: Brandon Cooper es mi primer novio y ya llevamos cinco meses juntos, es un chico de Gryffindor con el pelo castaño claro y levemente rizado, sus ojos son marrón oscuro, prácticamente negro; él suele ser muy valiente pero a la vez no tiene mucha seguridad en sí mismo, lo que hace que su humor cambie extremadamente rápido cuando se siente atacado o inseguro. Ayer decidimos dar un paso más en nuestra relación y ambos lo hicimos por primera vez. Cabe decir que fue realmente especial aunque después él se fue sin más. Supongo que fue la emoción del momento que lo dejo sin habla, o eso espero.
Mis compañeras de habitación y yo nos dirigimos hacia el Gran Comedor para desayunar, cuando estamos a punto de pasar por delante de las escaleras que llevan a la sala común de Gryffindor veo que Harry, Ron, Hermione, Ginny y Brandon bajan por ellas. Yo le dedico mi mejor sonrisa al último y le saludo con la mano, él simplemente mueve la cabeza a modo de salutación. Que raro, normalmente se muestra más cariñoso cuando nos vemos.
Mis amigas parecen no percatase de ello y Cho me pregunta:
—¿Qué pasó ayer? Llegaste muy tarde a la habitación, ¿no?
—Sí, bueno, es que estuve en la Sala de Menesteres con Brandon...
Creo que en este momento mis mejillas están más rojas que el pelo de cualquier Weasley.
Luna y Cho dan gritos de alegría y me obligan a contarles todo lo que me pasó, ya se sabe que la Sala de Menesteres es el sitio ideal para que las parejas tengan un poco de intimidad.
Entramos en el Gran Comedor aún riendo y puedo observar como en el techo embrujado se refleja el amanecer, es precioso. Sigo mirando hacia arriba hasta que me choco con alguien:
—Mira por donde vas y no te quedes empanada, chica —dice con algo de superioridad un chico rubio de ojos grises. Por su forma de hablar juraría que es Slytherin.
Estoy por contestar cuando el trío de oro se acerca a donde estamos y Harry habla:
—Malfoy, mejor que te calmes y no hables mal a ____ —le amenaza—. Si no tú y yo nos las veremos.
Ese tal Malfoy lo mira mal pero no dice nada más y se va hacia su mesa caminando delante de un chico muy musculado que me recuerda a un gorila y una chica que parece que suspira por él, y, efectivamente, puedo ver que son Slytherin.
Agradezco a Harry que me haya defendido, sinceramente, él para mí es como el hermano que nunca tuve y creo que el sentimiento es mutuo ya que siempre está para mí y es capaz de defenderme de cualquiera. Tenemos un amor muy fraternal.
—Ese rubio es Draco Malfoy y lleva desde el primer año peleándose con Harry a todas horas, es un exmortífago —me explica Hermione que supongo que habrá visto que no entendía nada—. El chico que va detrás de él es Goyle y la chica es Pansy, creo que está perdidamente enamorada de él pero Malfoy solo le hace caso cuando se aburre.
Me quedo mirando a esos tres individuos, estoy casi segura de que no me había fijado en ellos en mi vida. Sigo pensando en eso de que es un exmortífago, desde la muerte de Voldemort el año pasado no me había parado a pensar más en los mortífagos, ¿seguirían siendo personas despiadadas o se habrían arrepentido de todo el daño hecho? Esos pensamientos siguen inundando mi mente cuando Draco se da cuenta de que lo estoy mirando, me lanza una mirada que, sinceramente, creo que sería capaz de matar a alguien y voy rápidamente con mis amigas a la mesa de Ravenclaw para desayunar.
Miro hacia la mesa de Gryffindor de manera instintiva pero veo que Brandon no me mira, es más, creo que me está evitando porque se le ve un poco incómodo. Termino de desayunar con prisas y me dirijo a la primera clase del día más desanimada de lo que esperaba.
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Miradas [Draco Malfoy]
FanficElla es una chica Ravenclaw muy dañada por el amor. Él es un chico Slytherin que nunca se ha enamorado. Llevan siete cursos juntos pero ni siquiera se han mirado, hasta esa noche, esa maldita noche.