No he hablado con Draco desde el sábado por la mañana pero hoy, por suerte, tenemos una clase doble de repaso de Pociones y Encantamientos que impartiremos en la Sala de Menesteres. Así que me dirijo hacia allí con paso decidido.
Al abrir la puerta, encuentro una estancia enorme. Una mitad es un lugar para poder ensayar hechizos: hay un muñeco para practicar y un pequeño muro ideal para explotar. La otra es un laboratorio donde ya hay un caldero preparado encima de la gran mesa y un libro de recetas abierto por una página en concreto. Perfecto, como siempre.
Veo que Draco aún no ha llegado así que decido empezar por mi cuenta. Voy a la parte del laboratorio y miro el libro ya abierto, está en la página donde se explica como preparar la poción Amortentia. Es un filtro de amor muy potente y para cada persona tiene un olor distinto dependiendo de lo que les atraiga.
Me armo de valor y empiezo a crear la poción, estoy segura de que si la Sala de Menesteres ha decidido poner esta receta no es por azar.
El caldero comienza a emanar vapores en forma de espirales y la sala se llena de olores magníficos que me traen miles de recuerdos. Estoy haciendo la poción, intentando no desconcentrarme, cuando la puerta se abre y Draco sale de detrás de ella. Veo que inspira profundamente y pone mala cara.
—¿Se puede saber porque te has echado tanto perfume, Bennet? —me pregunta en tono de reproche y sus fríos ojos se clavan en mí. Todo indica que el sábado se enfadó conmigo por mis muestras de cariño con Jacob y hoy me lo está demostrando.
—Draco, estoy preparando la poción Amortentia —le digo tímidamente.
Su expresión cambia durante un segundo y noto que está avergonzado pero enseguida vuelve a su posado serio y se acerca a mí. Ignorando por completo nuestro pequeño diálogo, me da unas cuantas indicaciones de como hacer correctamente la poción.
Al cabo de poco, Draco me explica que el contenido del caldero necesita reposar durante una hora, así que le propongo que vayamos a practicar algunos hechizos. Él acepta sin rechistar, cosa que hace que sospeche de él.
—Empezaremos por uno de los más fáciles: Wingardium Leviosa —le comento.
El rubio ríe de forma sarcástica y me apunta con su varita. Sin que él llegue a mover los labios, quedo suspendida en el aire. Lanzo un grito de forma automática y ordeno a Draco que me baje.
—____, no necesito repasar Encantamientos —dice él mientras me permite descender—. Sé hacer hechizos no verbales y todos los que nos puedan enseñar en Hogwarts. Flitwick quería que me dieses clases porque nunca estoy atento en las suyas y se cree que no tengo ni idea.
Me deja perpleja y un poco enfadada. No soporto cuando Draco habla con tanta suficiencia y se cree mejor que los demás.
Quiero responderle pero como noto que él me ignora, no hago ni el menor esfuerzo de abrir la boca. Mi compañero se sienta en un elegante sofá de cuero negro, que creo recordar que hace un momento era una silla normal y corriente, y me indica con un gesto que quiere que me siente a su lado. No tengo nada mejor que hacer, así que le obedezco.
—¿A qué hueles? —me pregunta en cuanto estoy a su lado.
Inspiro con fuerza cerrando los ojos con la intención de distinguir cada olor por separado. Por mis fosas nasales entra un dulce aroma a chocolate y a libro nuevo, pero también a algún producto para el pelo.
Draco me mira examinando cada movimiento que hago y vuelve a formular la pregunta. Yo me acerco a él sin decir nada, necesito comprobar si mis sospechas son ciertas.
Cuando la distancia es casi inexistente entre nosotros, vuelvo a coger aire. Lo tengo claro, todo lo que imaginaba ahora veo que es real.
Le digo a Draco todos los olores que siento y él sonríe triunfal. Parece que el enfado se le ha pasado y eso me alegra muchísimo, odio su frialdad.
—¿A laca para el pelo? —me pregunta él y yo asiento—. ¿Qué recuerdos te trae?
Yo sonrío con amplitud y él se acerca aún más a mí, mi cuerpo se tensa por nuestra cercanía.
—De momento, pocos, pero estoy dispuesta a crearlos —le contesto justo cuando mi mirada se desvía hacia sus labios.
Draco recorre la distancia que nos separa y une sus labios con los míos, esta vez ninguno de los dos se aparta. Nos fundimos en un tierno beso que poco a poco va ganando intensidad y enseguida se convierte en uno que transmite necesidad y pasión.
Ahora no necesito la amortentia para oler claramente a laca para el pelo.
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Miradas [Draco Malfoy]
FanfictionElla es una chica Ravenclaw muy dañada por el amor. Él es un chico Slytherin que nunca se ha enamorado. Llevan siete cursos juntos pero ni siquiera se han mirado, hasta esa noche, esa maldita noche.