Capítulo 8

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—Otra vez — repitió.

Ya había perdido la cuenta de las veces que había repetido esas dos palabras.

—Llevamos cinco horas haciendo esto... — exhalé, apoyando las manos en mis rodillas —. ​Y todavía tengo que terminar un trabajo — puse de excusa lo primero que se me vino a la mente para poder irme y descansar.

Luzbel se encontraba relajado, apoyando todo su peso sobre una pierna, a la espera de que me recompusiera y continuara. En ningún momento he logrado que sacara ni una sola mano de los bolsillos de su pantalón. Me frustraba verme tan inútil, aunque también era algo lógico.

—No hasta que logres apuñalarme, al menos, una vez — ​se encogió de hombros.

—¿Los Ángeles no descansan o qué? ​me incorporé, quedándome recta, aun hiperventilando un poco.

—Si te refieres a dormir, no lo hacemos ​elevé una ceja.

—Cuando vine la última vez, me dijiste que estabas durmiendo — sonrió de medio lado.

—Intentaba deshacerme de ti, pero no dio mucho resultado como puedes comprobar — ​iba a replicar, ahora bien, preferí quedarme callada.

—¿Puedo beber agua al menos? — ​supliqué, apuntando la cocina que se encontraba a mi derecha.

Tan lejos y a la vez tan cerca.

—No — ​decretó firmemente —. ​Cuanto antes me apuñales, antes beberás y harás el trabajo, aunque no entiendo para qué te esfuerzas si podrías acabar muerta — puse los ojos en blanco.

—Tú lo has dicho "Podría" ​entornó los ojos.

—Vamos.

—No, ven tú ​frunció el ceño al ver que había cambiado de táctica.

Luzbel se acercó con paso lento mientras me cruzaba de brazos sin intención de hacer nada. Se inclinó levemente para quedar a mi altura, ya que me sacaba una cabeza y media, retándome con la mirada para que hiciera algo, sin embargo, solo le mantuve la mirada durante unos segundos. Miré sobre su hombro, haciendo que girara el rosto para comprobar qué estaba mirando con tanta curiosidad, pero antes de que pudiera apuñalarlo en el hombro, tomó mi muñeca, impidiéndomelo.

—Jugar sucio contra mí nunca te funcionará. Básicamente porque sigues siendo muy lenta — ​la hoja de la navaja estaba a centímetros de su costado, no pudiendo ocultar mi sonrisa de satisfacción.

—Por fin lo conseguí ​susurré con cansancio apartándome de él.

—No me has hecho ni un rasguño ​levantó su camiseta negra, mostrándome sus perfectos abdominales.

—Mi objetivo era que sacaras una de tus manos de los bolsillos de tu pantalón y te defendieras ​sonreí ampliamente —. Y lo conseguí bajó su camiseta y me miró con una sonrisa divertida.

—Bueno, has hecho un avance. Bebe agua — ​corrí a la cocina, dejé la navaja cerrada sobre la isleta y tomé uno de los pocos vasos que había mientras él revisaba su móvil —. ​Puedes descansar un rato, porque tengo que ir a un sitio. Cuando vuelva, lo repetimos — ​se puso la cazadora de cuero mientras bebía agua.

—¿No lo podemos dejar para mañana? Tengo que... — ​se marchó, dejándome con la palabra en la boca. De repente, escuché como cerraba con llave desde fuera; corrí hacia la puerta para abrirla, pero fue inútil —. ​¡Luzbel! — ​grité —. ​¡Luzbel, abre la puerta! ​di un par de golpes, sin recibir una respuesta por su parte.

Lucifer (1° Parte) || En Físico ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora