Capítulo 26

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-¿Cómo es que has vuelto? - ​inquirió Azael.

-Tengo mis razones - ​sonrió Tamiel.

-Y esas son... - ​insistió Turel, un poco más calmada agarrada a su brazo con una sonrisa.

-Me he convertido en Ángel de la Guarda... - ​carraspeó con incomodidad.

Todos lo miraron en completo silencio hasta que Azael se echó a reír, pero al ver que no lo seguía se puso serio, dándose cuenta de que no era una broma.

-¿Por qué? ¿¡Qué te ha hecho venderte a los Arcángeles!? - ​cuestionó molesto.

-Un poco de respeto que hay uno presente - ​me reí por la molestia de Gabriel, quien se cruzó de brazos y se sentó a mi lado con el ceño fruncido.

-Tengo a alguien que proteger cueste lo que cueste - ​reconoció.

Turel se apartó de él lentamente, mirándolo con el ceño levemente fruncido.

-¿Es que quieres pasar de nuevo por lo mismo? - ​cuestionó Azael, negando con la cabeza con desaprobación -. ¿Quién es? - ​interrogó.

Tamiel sonrió girándose, provocando que todos centraran su atención en mí; sonreí y levanté levemente una mano con algo de incomodidad por la situación. Escuché a Luzbel decir una barbaridad mientras se llevaba una mano a su pelo negro y tiraba levemente de él, frustrado con sigo mismo.

Se masajeó el puente de la nariz, intentando mantener la calma, antes de darnos la espalda.

-No puede ser... - ​se rio Azael negando con la cabeza y echándola hacia atrás con sus ojos cerrados -. Creo que ya no puede sorprenderme nada.

Noté como Luzbel se acercaba a mí, pero no me moví de mi posición, rezando para que no me pidiera hablar de nuevo.

Paró a dos pasos de mí con la atenta mirada de todos, menos la mía, que seguía mirando a Azael.

-Necesito hablar contigo - ​anunció con seriedad.

-¿Puede ser en un rato? - ​agaché la cabeza.

Todavía sentía el nudo en mi garganta y la sensación desagradable por el tema de conversación, debía mentalizarme bien para poder tener una conversación decente sin llorar en el intento.

-No te estaba pidiendo permiso - lo miré con algo de súplica para que me diera unos minutos más para mentalizarme, pero en un movimiento rápido se inclinó sobre mí para agarrarme de la cintura y ponerme sobre su hombro.

-Bájame... - murmuré a su espalda.

-¿No has escuchado que no quiere hablar contigo? - noté como el cuerpo de Luzbel se tensaba al escuchar la voz de Tamiel.

-¿No te has dado cuenta todavía de que no me importa una mierda tu opinión?

Sentí la sonrisa de superioridad de Luzbel aún sin verlo.

-Bájala - me tensé al escuchar la voz autoritaria de Tamiel, ya que no cualquiera llevaba la contraria a Luzbel.

-¡Retiro lo dicho, sí hay cosas que me pueden sorprender todavía! - ​escuché a Azael, suponía que estaba observándonos con diversión.

Divisé a Gabriel frente a mí, que aún se encontraba sentado con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Sus ojos dorados conectaron con los míos, quedándose pensativo durante varios segundos.

Luzbel retrocedió un paso, asustándome, al notar como su agarre aumentaba.

-No voy a permitir que se quede a solas contigo - ​el cuerpo de Luzbel empezó a vibrar por su risa desganada.

Lucifer (1° Parte) || En Físico ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora